Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 914

Elizabeth asintió distraídamente. “Tienes miedo de que ella venga por nosotras una vez que recupere sus recuerdos”.

“¡Así es!”.

Virginia tomó la mano de Elizabeth.

“Ese año, planeamos deshacernos de ese obstáculo, Carissa, para que yo pudiera casarme con tu Tío Harvey y pudiéramos vivir una vida de lujo. Sin embargo, desde la muerte de Carissa, esa pequeña p*rra de Sotiria ha estado sospechando nuestra participación en la muerte de su madre. Nos ha estado observando desde que llegamos a la casa de la Familia Green y nos ha causado demasiados problemas. Una vez, casi descubre evidencia de nuestra participación en el asesinato de Carissa. ¿Lo has olvidado?”.

“¡Por supuesto que no, mamá!”.

Todo el cuerpo de Elizabeth se quedó helado cuando recordó esa experiencia.

“Ese mismo día, hace siete años, estábamos hablando de cómo logramos matar a Carissa aquí mismo, como hoy. Para nuestra sorpresa, Tiria se había estado escondiendo a nuestras espaldas, espiándonos. Incluso grabó nuestra conversación. Afortunadamente, la atrapamos a tiempo, le quitamos el teléfono y borramos la grabación. De lo contrario, nos habrían enviado a la cárcel ese día”.

“¡Sí!”.

Virginia respiró hondo.

“Entonces, después de ese día, decidí deshacerme de esa problemática de Sotiria. Dos años después de la muerte de Carissa, el día de su muerte, Sotiria, deprimida, fue a un bar a emborracharse, así que secretamente añadimos algo a su bebida y mandamos a tres hombres a profanarla”.

Los labios de Elizabeth temblaron al recordar esa noche.

“Mamá, le hiciste más que eso a Tiria. Cuando… Cuando enviaste a esos hombres tras ella, le inyectaste drogas. Esa noche, Tiria no solo perdió su virginidad. ¡También se volvió adicta a las drogas!”.

“¡Así es, Lizzy! Nunca pensé que el plan saldría tan bien. ¡Fue un éxito! A partir de ese momento, esa pequeña p*ta de Sotiria quedó permanentemente reducida a un pedazo de basura inútil que vivía su vida en las drogas y por su placer. Incluso se entregaba a sí misma para ser un juguete para los demás… Podíamos simplemente sentarnos y relajarnos. ¡Esa insufrible buena para nada ya no era una amenaza para nosotras!”.

Los ojos de Virginia brillaron con una luz venenosa al recordar eso.