Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 924

“¡No!”.

Sotiria estaba nerviosa. Como una persona desnuda buscando a toda prisa algo para cubrir sus partes íntimas, se agachó apresuradamente y trató de recoger las fotos.

Sin embargo, su esfuerzo fue inútil. Sin importar cuán rápida fuera, sus movimientos no eran más rápidos que los ojos de las personas, y todos habían visto las fotos claramente.

“¡Ay Dios mío!”.

El contenido de las fotos era tan aterrador que algunos de ellos no pudieron evitar gritar a pesar de que Zachary todavía estaba presente.

“La mujer de las fotos… ¿No es la novia?”.

“¡Uff! Sí, es ella”. Alguien suspiró.

“Observa su mirada desagradable, desvergonzada y lujuriosa. ¡Es tan repugnante!”.

“Sí, cierto. No creo que haya una mujer en este mundo que esté dispuesta a hacer tantas cosas vergonzosas con tantos hombres. Ella es realmente la mujer más desvergonzada que existe… ¡No, ella es la p*ta más desvergonzada que he visto en mi vida!”.

“No es de extrañar que incluso su padre biológico la repudiara. Después de todo, nadie quiere una hija escandalosa que solo trae desgracia a la familia. Pobre Señor Larson. Hay tantas mujeres buenas en este mundo y, sin embargo, eligió casarse con una mujer promiscua…”.

La mayoría de las personas que habían venido a la boda despreciaban a Sotiria. Antes de este incidente, solo estaba pretendiendo ser corteses con Sotiria porque no querían molestar a Garrison.

Realmente no habían querido decir las bonitas palabras que le habían dicho, y estas fotos fueron la gota que derramó el vaso.

Sus emociones se encendieron, empezaron a lanzar sus verdaderos pensamientos sobre Sotiria, que habían estado reprimiendo todo este tiempo, a ella.

Sotiria sintió como si hubiera caído en una cueva de hielo, y toda su sangre se heló.

Ella había dejado de recoger las fotos y solo estaba hincada en el suelo sin moverse, como una escultura de hielo. Las palabrotas de la gente la inundaron como un maremoto. Hace unos minutos, todavía estaba inmersa en la felicidad, pero ahora, solo se sentía como un duende abatido que había perdido su disfraz humano. No había nada que ella pudiera hacer. No había lugar para esconderse, solo podía dejar que la humillaran, abusaran y apedrearan.

“Tiria”.