Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 964

“Lory, siento que puedes tener un pequeño malentendido sobre Zachary y yo. No es para nada lo que piensas. No hay nada entre noso…”.

Su conciencia le reclamó y no pudo terminar la oración.

¿No había nada entre Zachary y ella? Nadie creería eso, y estaba segura de que todos en la ciudad seguramente se habían enterado del “escándalo” entre Zachary y ella.

Lorraine no dijo nada. Ella solo rechinó los dientes y la miró. Sotiria nunca había visto una mirada tan desconsolada y triste. Ella se estremeció de miedo y pasó junto a Lorraine con la cabeza gacha.

Garrison le había dicho antes que Lorraine amaba a Zachary hasta la médula.

La mayoría de las veces, cuanto más amaba una mujer a su prometido, más dolida se sentiría cuando descubriera que él la estaba engañando.

¡Mira!

Lorraine podría haber armado una rabieta, golpearla o regañarla después de haberla atrapado “besándose” con Zachary. Sin embargo, el hecho de que no pudiera decir una palabra en este momento mostraba lo herida que se sentía.

Esta indescriptible relación entre ella y Zachary no solo la había llevado a una profunda autorecriminación y había lastimado a Garrison, sino que también había lastimado a Lorraine.

Tanto Garrison como Lorraine eran inocentes.

A partir de hoy, ella pensó que debía encontrar formas de distanciarse de Zachary, y no debía volver a hacer nada fuera de lo común con Zachary, ¡sin importar la situación!

Lorraine miró fríamente a Sotiria mientras ella se adentraba más y más en el corredor. Sus ojos permanecieron fríos incluso después de que Sotiria desapareció por la esquina.

La voz fría de Zachary atravesó la de Lorraine como un cuchillo afilado, haciendo temblar su figura bien formada.

Desde la muerte de Charlotte, Zachary la había estado tratando como si fuera invisible. Aunque él siempre se comportaba con indiferencia y frialdad frente a ella, nunca la había tratado con tanta frialdad como ahora mismo.

Mientras estaba distraída, Zachary se acercó a ella con grandes pasos. Se detuvo a un paso de ella, y la forma en que la miró era más fría y letal que una tormenta de nieve de 10,000 años.

“Lorraine, sabes muy bien las circunstancias de nuestro compromiso. Tenemos un acuerdo. Por cinco años, no tienes derecho a interferir en mi relación con ninguna mujer. Ya te lo recordé cuando usaste tu identidad como mi prometida para chantajearme emocionalmente, y te lo recordaré de nuevo ahora. Sin embargo, no te lo recordaré por tercera vez, ¿entendiste?”.

Las puntas de los labios de Lorraine temblaron y las lágrimas rodaron por sus mejillas.