Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 995

“¿Puedo jugar con ella, Señora?”.

Sotiria asintió de inmediato. “Sí, solo recuerden portarse bien y no correr demasiado”.

“¡Gracias, Señora!”.

El niño felizmente tomó la manita de Naomi.

“Ven. Tu mami dijo que está bien. Vamos a jugar…”.

Sotiria se sintió tanto aliviada como sorprendida cuando vio a Naomi y al niño jugando entre los árboles de durazno, tomados de la mano.

Sotiria no recordaba cómo era ella en el pasado, y no sabía cómo era cuando era niña. Por lo tanto, no sabía si Naomi había heredado su frialdad y altanería de ella o de su padre, cuya identidad se desconocía hasta el sol de hoy…

Naomi, normalmente, no se llevaba bien con otras personas…

Sin importar a dónde fuera, muchos niños le pedían jugar con ella, pero siempre los mantenía a distancia.

Así, cuando el extraño niño le pidió jugar con ella, Sotiria pensó que Naomi se negaría con frialdad, al igual que hacía con otros niños de su edad.

¡Ella no pensó que Naomi accedería tan fácilmente!

En ese momento, el padre del pequeño y una mujer de cabello largo aparecieron junto a Sotiria, tomados del brazo. La mujer señaló la “versión en miniatura de Zachary” y sonrió con complicidad mientras decía: “Yo soy la madre de Julian. Puede parecer guapo y adorable, pero por lo general es muy orgulloso. Rara vez le agradan otras personas y casi nunca juega con niños de su edad. Particularmente odia a las chicas. Nunca habla con las niñas de su edad. Esto es particularmente extraño. Es la primera vez que lo veo querer jugar con una niña”.

Sotiria rio amablemente.

“Es un niño. ¿Qué puede saber? Naturalmente, se acercará a miembros del sexo opuesto una vez que crezca”.

La mujer sonrió. “Según tu acento, eres nativa de Rothesay, ¿verdad?”.

Sotiria asintió.

Sotiria tenía la impresión de que alguien les había dado el niño al principio.

Sin que ella lo supiera, el hombre y la mujer secretamente soltaron un suspiro de alivio.

En realidad, alguien les había dado este niño hace cuatro años.

Ellos no podían concebir. Entonces, hace cuatro años, cuando vinieron a Rothesay de vacaciones, alguien los buscó y les dijo que tenían un niño saludable y adorable para ellos. Habían llorado lágrimas de alegría.

Con el paso del tiempo, el pequeño bebé creció y se volvió aún más exquisito y perfecto. Como resultado, no querían dejarlo ir.

Sin embargo, cuando esa persona misteriosa les entregó el bebé, una vez les advirtió que nunca dejaran que nadie se enterara de esto y les pidió que prometieran no volver a poner un pie en Rothesay.

Esta vez habían visitado la ciudad porque extrañaban demasiado el lugar y decidieron arriesgarse.

¡Esta noche se irían con Julian y nunca más regresarían a Rothesay!