Amor después del matrimonio romance Capítulo 104

"Respecto al cumpleaños de Lyn...". Yvonne dejó de hablar de repente a la mitad de su discurso. Parecía tener algún tipo de preocupación.

De hecho, quería preguntarle si quería ir con ella a la fiesta de cumpleaños de Lynette. Pero parecía poco práctico después de pensarlo.

No solo era la fiesta de cumpleaños de su empleada, su identidad como su esposo quedaría expuesta si asistía a la fiesta de cumpleaños con ella. Ella nunca olvidó su advertencia antes. No quería que otros supieran sobre su identidad.

Ella decidió no hacerlo. Luego decidió asistir sola a la fiesta.

"¿Qué hay de su fiesta de cumpleaños?". Henry frunció el ceño y preguntó.

"Nada". Yvonne desvió la mirada y se recuperó. Ella sacudió la cabeza y sonrió: "Por cierto, Sr. Lancaster, ¿planeaba llamar a la puerta ya que estaba parado afuera de mi oficina hace un momento?".

Henry respondió que era cierto. Luego le entregó un documento. “Este es el documento de inventario anual. Por favor, resuélvelo y devuélvemelo".

Yvonne pronto se puso seria en su trabajo. "Está bien. ¿Para cuándo lo necesita?”.

“Hoy antes de que te salgas del trabajo”, respondió Henry. Luego, se dio la vuelta para regresar a su oficina.

Joe lo había estado esperando durante mucho tiempo. Pronto abrió el horario del día cuando vio a Henry entrar en la oficina. Luego comenzó a informarle a Henry el horario de ese día.

Henry lo escuchó mientras sacaba su silla y tomaba asiento. "¿Qué dijiste? Dijiste que Elliot quiere reunirse conmigo. ¿Cierto?".

Joe cerró el horario y respondió: “Sí. Al Sr. Taylor le gustaría reunirse esta tarde a las dos en punto".

Henry resonó los dedos sobre la mesa. "¿Para qué quiere reunirse conmigo?".

“No estoy muy seguro en este momento, pero creo que está relacionado con el trato comercial que tenemos con ellos. Recordé que fue la cirugía de la Srta. Frey y la Srta. Conrad la última vez que te reuniste con él para el trato comercial. Así que no pudiste discutirlo adecuadamente con él". Joe se empujó las gafas e hizo un análisis aproximado.

Henry levantó ligeramente la barbilla. "Bien. Dale una respuesta, diciendo que aceptó reunirme con él. Nos reuniremos en el Hotel Gran Conde. Lo invitaré a comer allí como compensación por no haber tenido una conversación adecuada con él anteriormente".

"Está bien", asintió Joe. Luego sacó su teléfono de inmediato.

Unos minutos más tarde, colgó el teléfono con una mirada extraña.

Henry entrecerró los ojos. "¿Qué ocurre?".

"Sr. Lancaster…”. Joe no estaba seguro de si debía decirle a Henry la verdad.

Henry estaba un poco impaciente ahora. "¡Habla ahora!".

Joe tosió una vez. Organizó sus pensamientos. "Sr. Taylor prometió reunirse contigo para comer. Pero solicitó la presencia de la Srta. Frey".

"¿Yvonne?". La expresión facial de Henry se oscureció.

Joe asintió. "¡Sí! Así es".

"¿Te dijo la razón detrás de esto?". La voz de Henry era fría.

Joe bajó un poco la cabeza y no se atrevió a mirarlo a los ojos. "No me dijo. Simplemente dijo que desea ver a la Srta. Frey".

Henry frunció sus labios finos con frialdad y permaneció callado. Todo su ser estaba sumergido en una frialdad extrema.

Joe ni siquiera se atrevió a respirar más profundamente. Se paró frente al escritorio de trabajo, sin decir nada. Parecía invisible.

Después de un rato, Henry se burló con frialdad de repente. "¡Ya que desea tanto ver a Yvonne, entonces le concederé su deseo!".

"Sr. Lancaster, ¿de verdad planeas llevar contigo a la Srta. Frey?”. Joe lo miró en estado de conmoción.

Era obvio qué tipo de pensamientos tenía Elliot con respecto a Yvonne. Por eso quería que Yvonne estuviera allí.

Pero, ¿qué clase de hombre podría soportar ver a otro hombre pensando en su propia esposa en tales circunstancias?

Pero el Sr. Lancaster…

En ese momento, Joe no sabía cuáles eran los pensamientos de Henry.

Henry no hizo caso a la pregunta de Joe. Su expresión facial empeoró cuando apretó los puños con fuerza. "Puedes irte ahora".

"Está bien", respondió Joe y se dio la vuelta para irse.

Antes de irse, Henry lo detuvo de repente. "¡Espera!".