Amor después del matrimonio romance Capítulo 267

"¡Basta!". Gruñó Herny furioso.

Jacqueline se estremeció por la conmoción y estuvo a punto de dejar caer su teléfono.

Henry frunció los labios y dijo en un tono frío: “¿Quién crees que soy para que me amenaces? ¿Por qué tú, una estúpida mujer malvada, me preguntas si mi repentino cambio de decisión de enviar a Dominic Conrad a la cárcel se debe a otros cuando es por tu propia incapacidad de admitir tus propios errores? Entonces, ¿cuál es el punto de preguntarme más? ¿Pensaste que dejaría a Dominic libre de culpa?”.

Jacqueline se sorprendió.

Nunca pensó que la calificarían como malvada y estúpida.

Para empeorar las cosas, el hombre que la estaba humillando, la había querido por encima de todo una vez.

¡No podía aceptar la humillación!

"¿Cómo pudiste decirme eso Henry?". Lloró Jacqueline incesantemente. “¿Son mis sospechas incorrectas? Si no fuera Yvonne, ¿por qué enviarías a mi padre a la cárcel? Has cambiado Henry, ya no eres el Henry Lancaster que conocía".

"Te equivocas Jacqueline, yo no he cambiado, eres tú quien ha cambiado", corrigió Henry.

Yvonne frunció los labios.

Aunque no conocía personalmente cómo era Jacqueline en el pasado, había escuchado historias sobre ella de Sue y Shane.

Jacqueline no había cambiado. Ella ya era muy hábil en la actuación desde el principio.

Obviamente, fue Henry quien estaba enamorado de ella en el pasado y no pudo ver la verdad, y por eso dijo que ella había cambiado.

Henry notó las microexpresiones de Yvonne y no pudo evitar levantar una ceja.

¿Por qué ella hizo eso?

¿Por qué ella le había lanzado una mirada de desprecio?

"¿He cambiado? ¿Estás diciendo que he cambiado?”. Preguntó Jacqueline. Sus palabras sacaron a Henry de sus pensamientos.

Henry frunció los labios con frialdad. "Así es. Te has vuelto malvada y egoísta. Harías cualquier cosa solo para lograr tus propios objetivos egoístas. Deberías estar agradecida por tu enfermedad porque eso es lo único que te mantiene fuera de prisión con Dominic".

Jacqueline se quedó estupefacta ante sus palabras. Incapaz de creer lo que oía, le preguntó: "Henry, ¿t-tú... también tenías la intención de enviarme a la cárcel?".

Su voz se había vuelto mucho más aguda.

Henry asintió. “Sí, así que en lugar de suplicarme que libere a Dominic de la prisión, deberías pensar en cómo debes arreglar los pecados que has cometido. Además, espero que no hagas ninguna tontería para amenazarme con liberar a Dominic. Le haré pagar un precio aún más alto si lo haces".

"No... Henry, no lo harías...".

"Lo haría y lo haré si tengo que hacerlo, así que debes andar con cuidado". Dijo Henry antes de que pudiera terminar. Luego colgó la llamada telefónica de inmediato.

Henry apagó su teléfono y lo tiró a un lado. Luego se dio la vuelta para mirar a Yvonne. "¿Estás satisfecha? No accedí a liberar a Dominic a pesar de que Jacqueline me rogara".

Yvonne mantuvo la compostura y mantuvo la cara seria a pesar de que estaba eufórica. "Es posible que la hayas rechazado, pero estoy segura de que no se rendirá y seguirá buscándote".

“Solo terminaría de la misma manera”. Dijo Henry mientras se sentaba.

Yvonne bajó los ojos. "Por supuesto que lo mejor sería que siguiera adelante, pero todavía me preocupa que pueda suceder algo inesperado".

“Todo estará bien, no te preocupes. Ven, comamos juntos”. Henry le tendió la mano.

Yvonne rápidamente sacudió con la cabeza. "No puedo, ya he comido y todavía estoy llena, así que sigue adelante sin mí".

Su estómago explotaría si hubiese comido más.

Ella acababa de tomar dos tabletas de probióticos para ayudar a aliviar sus problemas digestivos, ya que no quería volver a sufrir otro ataque.

Henry vio que ella había rechazado firmemente su oferta y decidió no obligarla a hacerlo. Se levantó y se dirigió él mismo hacia la mesa del comedor.

Yvonne tomó el control remoto para encender la televisión mientras estaba sentada en el sofá. Eso podría hacerse pasar por su acompañamiento a la comida de Henry.

Media hora después, Henry había terminado de comer.

Henry sacó una botella de vino tinto y la levantó para que Yvonne pudiera ver. "¿Quieres un poco?".

Yvonne había tenido la intención de rechazar su oferta nuevamente, pero inmediatamente se detuvo ya que estaba teniendo un buen día y dijo: "Claro".