Amor después del matrimonio romance Capítulo 44

Jacqueline se apoyó en el pecho de Henry y dijo débilmente: "Estoy bien. No me caí tan fuerte, así que no me dolió mucho. No te preocupes por mí...".

Se tapó la boca y tosió débilmente un par de veces.

Henry frunció aún más el ceño. "Llamaré al médico".

"¡No!". Jacqueline rápidamente agarró la mano de Henry que se extendía para presionar el botón de llamada. “Henry, estoy bien de verdad. No es necesario llamar a un médico".

"¿Estás segura?". Henry la miró con los ojos entrecerrados.

Los labios de Jacqueline se curvaron en una sonrisa. "Sí, en serio. Puedes preguntarle a la Señorita Frey si no me crees. Realmente no me caí tan fuerte".

Henry recordó a la otra persona en la habitación ante la mención de su nombre.

Ayudó a Jacqueline a apoyarse en la almohada y la tapó con la manta antes de volver la mirada hacia Yvonne. "Dime qué pasó hace un momento, ¿cómo se cayó Jackie?".

Yvonne se molestó cuando escuchó el tono interrogativo en la voz de Henry. Cogió el collar del suelo y se puso de pie. Estaba a punto de hablar cuando Jacqueline la interrumpió rápidamente. “Henry, no es culpa de la Srta. Frey. Ella no me empujó a propósito, simplemente perdí el equilibrio y me caí".

¿Eh?

Yvonne miró con sorpresa y confusión a Jacqueline. No podía creer que Jacqueline no solo la había delatado primero a pesar de estar equivocada, sino que incluso trató de incriminarla.

Realmente era una mujer de dos caras.

¿Por qué Henry la describiría como amable y sin aires?

Honestamente, eso era solo una fachada.

Al ver que Yvonne no respondió durante mucho tiempo, Henry confundió la expresión en constante cambio de su rostro con la culpa y favoreció a Jacqueline aún más.

“¿Entonces Jackie está diciendo la verdad? ¿Realmente la empujaste?”. Su voz se volvió fría.

"¡Yo no la empujé!". Yvonne apretó el collar en su mano, luego encontró la mirada de Henry con sus ojos emocionados. "La Srta. Conrad se cayó sola, ¡no tiene nada que ver conmigo!".

En primer lugar, nunca pensó en hacerle nada a Jacqueline.

Cuando estaba recogiendo el collar, solo iba a alejar el pie de Jacqueline. Ella no presionó a nadie.

"¿Cayó sola?". Henry miró a Jacqueline.

Jacqueline sacudió la cabeza. Las lágrimas brotaron de sus ojos mientras el dolor y el desamparo llenaban su rostro. “Déjala, Henry. Supongamos que me caí sola, tal como ha insistido la Srta. Frey".

"Tú...". Yvonne abrió mucho los ojos y no podía creer lo que oía.

Finalmente entendió que Jacqueline lo había hecho a propósito.

Ella solo había dicho deliberadamente todas esas cosas para incriminarla.

El objetivo de Jacqueline no era otro que engañar a Henry para que pensara que ella realmente la había empujado. Uno era su verdadero amor y la otra su esposa dispensable. Yvonne ni siquiera tuvo que adivinar a quién le creería Henry.

Efectivamente, Henry decidió creerle a Jacqueline. Miró a Yvonne enojado: "¿Por qué la empujaste?".

Yvonne se sintió acusada injustamente. Las alas del collar de cisne se hundieron profundamente en su palma. "Lo creas o no, te seguiré diciendo que no la empujé. ¡Incluso si me preguntas mil veces, la respuesta sigue siendo la misma!".

"¿Por qué Jackie se caería si no la empujaste?". Henry señaló al suelo.

Yvonne se mordió el labio inferior con enojo: "¡Ya te lo dije, se cayó sola!".

"¿Cayó sola?".

La mirada de Henry sobre Yvonne se volvió aún más fría y oscura. “Yvonne Frey, necesitas conocer tus límites cuando mientes. Sabes que Jackie sufre de leucemia. Si se lastima, sus heridas no podrán sanar. ¿Por qué tomaría un riesgo tan grande y deliberadamente se caería sola?".

Yvonne fue silenciada por sus palabras.

Sabía muy bien en su corazón que Jacqueline realmente se cayó sola.

Sin embargo, no tenía evidencia para probarlo.

¡Solo podía decir que Jacqueline fue lo suficientemente despiadada como para lastimarse a sí misma para incriminar a Yvonne!

"¿No hay nada más que puedas decir?". Henry frunció el ceño con frialdad.

Yvonne cerró los ojos y resopló: "Ni siquiera vas a creer lo que te digo. ¿Qué más puedo decir?”.

"Srta. Frey, en realidad no la culpo ya que es la salvadora de mi vida. Henry y yo te perdonaremos siempre que admitas tu error. Pero no esperaba que fueras tan terca…”. Jacqueline suspiró mientras sacudía la cabeza con decepción.

Yvonne se rio por ira. "Srta. Conrad, ni siquiera hice nada. Entonces, ¿por qué debería admitir o buscar el perdón de los dos? Obviamente eres tú quien... ".