Amor después del matrimonio romance Capítulo 52

“Sí, eso es lo que dijo la Srta. Conrad”. La cuidadora respondió humildemente con una leve reverencia.

“Por favor regresa”, Yvonne le dio una sonrisa pequeña.

“¿Eh?”. La cuidadora estaba un poco confundida.

“No me reuniré con ella. Además, no estoy en condiciones para levantarme de la cama”. Yvonne levantó su brazo izquierdo que estaba conectado a un goteo intravenoso.

No tenía sentido reunirse con Jacqueline.

Su comportamiento desde la última reunión definitivamente le había dejado una impresión.

Yvonne sintió que era mejor para ella mantenerse alejada de esa mujer de dos caras para evitar ser acusada de algo que no hizo.

La cuidadora se puso instantáneamente nerviosa porque no esperaba que Yvonne la rechazara tan descaradamente. “Srta. Frey, sé que te sientes preocupada, pero la Srta. Conrad dijo que debía verte. De lo contrario…”.

“¡Espera!”. Sue no pudo soportarlo más e interrumpió a la cuidadora con cara de mal humor. “De lo contrario, ¿qué? ¿Crees que solo la Srta. Conrad es importante y nuestra señora no? ¿Por qué la señora debe reunirse con ella solo porque quiere verla?”.

Yvonne asintió estando de acuerdo.

“Oh no…”. La cuidadora casi llora del pánico. Ella agitó las manos y explicó frenéticamente: “No dije eso, solo estaba transmitiendo las palabras de la Srta. Conrad”.

“¡No me importa quién lo dijo!”. Sue se puso de pie con las manos en la cintura y habló agresivamente: “Regresa y pregúntale por qué debería ser la señora la que vaya allí cuando ella es la que quiere verla. ¿No puede venir ella misma?”.

“La Srta. Conrad no puede venir porque acaba de ser operada”, la cuidadora encogió el cuello y murmuró tímidamente.

Sue se rio de la rabia. “¿No es lo mismo para la señora? No olvides el hecho de que la señora solo está acostada aquí porque le ha salvado la vida a ella. ¿Qué tan diferente es la Srta. Conrad de una ingrata al tratar a su salvadora de esta manera?”.

“Bueno…”. La cuidadora se quedó sin palabras.

Sue la empujó afuera de la puerta con odio. “Está bien, suficiente. Date prisa y vete. Nuestra señora no se reunirá con ella. Dile que, si tiene algo que decir, entonces puede llamar a la señora o venir ella misma. De lo contrario, ¡se puede olvidar de eso!”.

¡Bam!

La puerta se cerró de golpe.

Sue se limpió las manos y regresó. “Qué demonios. ¿Ella cree que es una princesa? ¿Por qué tú deberías ir a reunirte con ella?”.

“Sue…”. Yvonne estaba sorprendida por cada una de sus acciones y solo tuvo que darle un pulgar hacia arriba. “Eres realmente impresionante por despedirla tan fácilmente”.

Sue se rio entre dientes. “Debes ser franca cuando se trata de lidiar con personas como ellas, especialmente con esa mujer Conrad. Si no te mantienes firme, ella te pisará. Esa mujer es realmente desagradable”.

“Ya lo he experimentado de primera mano”, suspiró Yvonne con pesar.

“¿Oh?”. Se despertó la curiosidad de Sue. “¿Ocurrió algo entre ustedes dos?”.

“Bueno, tuvimos una pequeña pelea”.

Yvonne le contó brevemente a Sue todo lo que sucedió entre ella y Jacqueline cuando se conocieron el otro día.

Después de escuchar la historia, Sue golpeó la mesa con enojo. “¡Qué persona tan vil! Ella probablemente sea la persona más ingrata del mundo. ¡Qué repugnante para ella fingir que es inocente! El señor es el único que no ha visto su rostro real”.

Las comisuras de la boca de Yvonne se retorcieron cuando estuvo de acuerdo con las palabras de Sue.

A través de su observación y análisis, la Jacqueline que Henry conocía era una persona totalmente diferente.

“Señora, debe mantenerse alejada de esa mujer Conrad a partir de ahora”. Sue llevó un vaso de agua a los labios de Yvonne.

Yvonne tenía un poco de sed, así que tomó algunos sorbos. “¿Mantenerme alejada?”.

Pensar que Sue también le estaba dando ese tipo de consejo, parecería que Jacqueline era más peligrosa de lo que esperaba.