Amor después del matrimonio romance Capítulo 629

"Le pregunté sobre eso ayer, pero dijo que aún no tiene idea", respondió Yvonne.

Henry se frotó el espacio entre las cejas. "Le pedí a Joe que le enviara un paciente infectado con el virus. Esperemos que pueda estudiarlo lo antes posible".

"¿Estás cansado?". Yvonne lo miró.

Henry sonrió. "Estoy bien".

"Mira esas ojeras. No me digas que no descansaste nada anoche". Yvonne lo miró de cerca.

Henry no lo negó. "Tú tampoco, ¿verdad?".

Yvonne no esperaba que él lo notara de inmediato. Ella pareció un poco sorprendida. "¿Cómo lo supiste?".

"Tus ojeras no son mejores que las mías", dijo Henry y levantó los párpados.

Yvonne se tocó rápidamente la cara; recordó que no se había lavado ni maquillado, apresurada por encontrarse con él.

No era de extrañar que pudiera ver sus ojeras.

"Vamos, puedes dormir conmigo un rato". Henry se puso de pie y le tomó la mano.

Yvonne frunció el ceño. "Puedes irte a dormir si quieres. ¿Por qué tengo que ir contigo?".

Fue extraño.

Henry la sujetó con fuerza por la muñeca. "Eres mi esposa y quiero que me acompañes. Vamos".

"¡No voy!". Yvonne trató de soltarse la mano.

Henry la sostuvo con fuerza y ella no pudo escapar. Luego la arrastró fuera de la sala de estar.

La empujó a la fuerza dentro de la habitación para que pudiera dormir con él.

Yvonne no pudo escapar. Finalmente, se durmió presionada contra su cuerpo.

Cuando se despertó, ya era mediodía.

Estaba sola cuando se despertó.

No supo cuando Henry se despertó y salió de la habitación.

Yvonne estaba molesta. Fingió que la almohada era él, y comenzó a golpearla para desahogarse.

La llevó a la habitación y ella terminó quedándose dormida, lo cual fue vergonzoso.

Lo que más le molestaba a Yvonne era que cada vez se resistía menos ante Henry.

Si esto continuaba, ella podría ceder y volver a estar con él.

No, ella no debía caer. La había herido demasiadas veces, y ya no quería tener nada que ver con este supuesto amor.

Mientras Yvonne pensaba en ello, apretó los puños y decidió que no podía ser tan benévola. Una vez terminara de vengarse, debía mantenerse alejada de él.

Toc, Toc...

En ese momento, alguien llamó a la puerta.

Inmediatamente, antes de decir "adelante", la puerta se abrió.

Henry entró y vio a Yvonne sentada en la cama. Una luz brilló en sus ojos. "Estás despierta".

Pensó que aún no se había despertado.

Yvonne tarareaba y no quería hablar con él. Empujó la manta para salir de la cama.

Henry se acercó y le entregó una chaqueta. "Justo a tiempo para comer".

Yvonne lo ignoró y tiró de la chaqueta para salir de la habitación.

Henry miró su figura y no entendió por qué estaba enojada de nuevo.

Pero no prestó atención ya que a veces lo ignoraba. Él se acostumbró.

Después de la comida, Yvonne sacó su teléfono celular y buscó en Internet noticias sobre el arresto de la organización.

Era imposible que un asunto tan importante no estuviera en Internet.

Efectivamente, lo encontró.

Sin embargo, no había muchas noticias del virus. El ejército y la policía no lo expusieron en Internet por temor a causar pánico entre la población.

Desafortunadamente, Jacqueline no estaba en la imagen del arresto en las noticias.

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