Amor después del matrimonio romance Capítulo 66

Yvonne pensó que había hablado demasiado bajo y él no la escuchó con claridad, así que repitió lo que dijo.

En eso, Henry apretó las mandíbulas con una mirada amenazante.

¿Renunciar a su lugar? ¡Cómo se atreve ella!

"Yvonne Frey, ¿desprecias tanto ser la Sra. Lancaster?". La voz de Henry era fría.

Yvonne miró hacia abajo. “No es si lo desprecio o no. Es si tú quieres dejarme hacer ese papel. ¿No lo dijiste hace un momento? Quieres reconciliarte con la Srta. Conrad. Tengo que hacerme a un lado, ¿no? De lo contrario, ¿vas a mantener a la Srta. Conrad como tu amante ilegítima?”.

Riendo de su ira, Henry resopló: "Tienes algo de conciencia de ti misma, eh".

“Siempre”, dijo Yvonne mordiéndose los labios: “Es porque siempre he sido racional. No soy del tipo que te acosa y molesta. Si realmente quieres estar con la Srta. Conrad, dímelo directamente. Firmaré un divorcio".

Ella lo amaba, pero también sabía que una relación forzada no sería feliz.

Todavía eran marido y mujer ahora. Si no le pedía el divorcio, ella no lo mencionaría en absoluto. Sin embargo, si él estaba de acuerdo, estaría dispuesta a firmar los papeles.

En lugar de forzarlo, Yvonne preferiría dejarlo ir y dejarlo buscar su felicidad.

"¿Divorcio?". Henry estaba helado por la forma en que sus labios estaban apretados firmemente. "¡Ni siquiera lo pienses!".

"¿No quieres?". Yvonne estaba atónita. “Entonces, la Srta. Conrad…”.

“¡Solo te estaba probando, pero no esperaba que aceptaras tan fácilmente!”. Henry tenía una sonrisa burlona.

¿Por qué se casó con esta mujer con él? Si fue por la riqueza de los Lancaster, nunca le pidió un centavo durante estos tres años. Si fuera por él, ¿por qué estaba ansiosa por dejarlo ir?

¿Alguna vez se preocupó por él? ¡¿Era él un objeto que podía regalarse?!

La boca de Yvonne estaba ligeramente abierta cuando salió de su trance. "¿Una prueba? ¿Entonces no estás pidiendo el divorcio? ¿No te vas a reconciliar con la Srta. Conrad?".

“¿Por qué? ¿Estás decepcionada?”.

Yvonne sacudió la cabeza rápidamente, suprimiendo la felicidad y emoción en ella, y respondió con voz temblorosa: “No, no, solo estoy muy sorprendida...”.

“Jaj, no importa lo sorprendida que estés, recuerda esto. ¡Los Lancaster no se divorcian!". Henry advirtió.

Yvonne se sorprendió aún más. "¿Por qué no había escuchado sobre esto?".

La mirada de Henry era evasiva. "No has escuchado mucho sobre los Lancaster".

"Eso también es cierto". Yvonne asintió.

Después de casarse con los Lancaster, nunca se había quedado del todo en la propiedad principal. Había muchas cosas de las que realmente nunca había aprendido. Por ejemplo, ningún divorcio le parecía desconcertante, sino que era una buena noticia para ella.

Esto significaba que no importaba lo mucho que Henry amara a Jacqueline, no se divorciaría de ella. Parecía que su preocupación anterior era innecesaria. Pensando en ello, Yvonne se sintió realmente aliviada y sus nervios tensos finalmente se aflojaron.

Henry la miró por el rabillo del ojo antes de regresar a su propia oficina.

Una vez que su puerta cerró, parecía que se había tragado una rana. No sabía por qué dijo algo como "Los Lancaster no se divorcian". Los Lancaster ni siquiera tenían esta regla, pero una vez que escuchó a Yvonne Frey mencionar el divorcio, se sintió inexplicablemente molesto y enojado, y así lo propuso. No era como si él se arrepintiera. ¿Por qué?

Henry no podía entenderse a sí mismo, pero se rindió. No era de los que se partía la cabeza por algo que no podía entender, así que suprimió la confusión hasta el fondo de su corazón y regresó a su escritorio para seguir trabajando.

El trabajo lo mantuvo ocupado hasta que se puso el sol. Henry dejó su pluma y se frotó el entrecejas que le palpitaba.

"Sr. Lancaster". Joe entró con un golpe.

Henry dejó su libro. "¿Qué?".

"La visa de la Srta. Frey ha sido aprobada". Joe le pasó un documento rojizo.

Henry lo tomó y lo revisó. "¿Tan rápido?".