Amor después del matrimonio romance Capítulo 700

Yvonne frunció el ceño. "Usted es la Señorita Lovette, ¿verdad?".

Mandy asintió. "Sí".

Yvonne se cruzó de brazos y la miró con una sonrisa falsa. “Te disculpaste antes. ¿Por qué te lo haces de nuevo?".

Mandy miró a Henry, que estaba junto a Yvonne. Luego bajó la cabeza, se mordió los labios y dijo: "Porque siento que no fui sincera al disculparme antes, así que...".

"Está bien, no importa si eres sincera o no. No puedo dejarte ir sin hacerte pagar por mi mi vestido solo porque te disculpaste sinceramente. Aunque mi vestido no es tan caro, gasté dinero para comprarlo. No se puede desperdiciar así. ¿Crees que tengo razón?". Yvonne se levantó el vestido.

Mandy apretó ambas manos. "Señorita Smith…".

Yvonne la corrigió, "Por favor, llámame Señora Lancaster".

Cuando Henry escuchó esto, sus labios se crisparon. Obviamente estaba de buen humor.

El rostro de Mandy estaba pálido y estaba ofendida. Miró a Yvonne con desaprobación. "¡Sí, Señora Lancaster!".

Ella gritó con seriedad cuando la llamó Señora Lancaster.

¿Acaso no sabía Yvonne que Mandy se resistía a llamarla así? Pero a ella no le importaba. Ella se agitó el cabello y dijo: "¿Qué estabas diciendo hace un momento?".

Mandy respiró hondo. "Señora Lancaster, ese vestido es demasiado costoso para mí. Solo lo mojé un poco. ¿Puede perdonarme...?".

"¡No!". Yvonne la interrumpió: "Fui muy clara. No soy desprendida, así que no seré amable. Es más, Señorita Lovette, usted es de una familia adinerada porque vino a la fiesta de esta noche. No me diga, ¿no puede pagarlo?".

"Por supuesto que sí…".

"Dado que ese no es el caso, entonces no tengo nada más que decir". Yvonne extendió las manos.

El cuerpo de Mandy tembló levemente y miró a Henry con ojos llorosos como si tuviera algo que decirle.

Los ojos de Yvonne se volvieron fríos. "Señorita Lovette, ¿por qué mira a mi esposo así?".

Los ojos de Mandy brillaron. Ella rápidamente retractó su mirada y sacudió la cabeza. "No, solo estaba pensando en mis padres que están en el extranjero. Vine aquí sola y solo tengo algunos miles de dólares. Quedaré arruinada después de compensarla. Señora Lancaster, ¿puedo trabajar en su casa para pagar la deuda?".

Ella haría cualquier cosa siempre y cuando pudiera acercarse a este hombre.

Ella alejaría a esta mujer una vez él se enamorará de ella.

Esta mujer tenía un corazón frío. Su vestido solo se mojó un poco y quería que Mandy se lo pagara. ¿No estaría bien con solo lavarlo? Ella dijo que el vestido no se podía usar después de lavarlo. Si el vestido era único, ¿por qué tenía que ser tan engreída?

Yvonne no sabía lo que estaba pensando Mandy, pero al escuchar que quería trabajar en su casa, ella se sorprendió y se rio de la rabia.

Yvonne miró a Henry y dijo con la frialdad en sus ojos. "Esposo, esta señorita dijo que le gustaría trabajar en nuestra casa. ¿Qué piensas?".

Mandy también miró a Henry con ojos llenos de esperanza.

Ella esperaba que él estuviera de acuerdo.

Pero Henry ni siquiera la miró. Él miró a Yvonne con ternura y le acarició el pelo. "Hay suficientes sirvientes en casa. No necesitamos contratar más".

Yvonne apartó la frialdad de sus ojos y miró a Mandy. "Señorita Lovette, ¿escuchó eso? Mi esposo dijo que tenemos suficientes personas, así que lamento no poder ofrecerle un trabajo. No se preocupe si no tiene dinero. Le daré un plazo de tres meses. Durante este período de tiempo, puede trabajar para otros o llamar a sus padres. Debería poder devolver el dinero para entonces".

Mandy quería decir algo. "Pero...".

Yvonne entrecerró los ojos. "Señorita Lovett, será mejor que no diga que no puede compensarme o que no tiene tiempo suficiente para pagar. De lo contrario, llamaré a la policía".

Con eso, ella tomó a Henry del brazo y se fue.

Mandy se quedó inmóvil, mordiéndose los labios y mirando en la dirección en la que se fueron con los ojos rojos. Ella estaba decepcionada por dentro.

¿Por qué? ¿Por qué Yvonne tenía que obligarla?

Ella no quiso mojar su vestido. ¿Por qué tenía que ser tan mala?

A Yvonne no le importaba lo que pensaría la mujer después de irse.