Amor después del matrimonio romance Capítulo 712

Yvonne escuchó el movimiento detrás de ella, pero lo ignoró. Henry abrió la puerta del coche y ella se subió.

Una hora después, regresaron a la residencia familiar.

Sue había preparado la comida, así que ambos llevaron a Theo al comedor para cenar.

Después de la cena, Henry fue a la sala de estudio para arreglar asuntos de trabajo mientras Yvonne jugaba con Theo en el dormitorio.

De repente, sonó su teléfono móvil.

Yvonne echó un vistazo y vio que era una solicitud de mensaje en WhatsApp. Rápidamente hizo clic.

Luego, descubrió que era Lynette quien le había enviado la solicitud.

Yvonne susurró: "¿Cómo ella me logró enviar esto?".

Por un momento, ella estaba conmocionada.

Lynette solía ser su mejor amiga, pero Jacqueline la involucró para envenenar el té del abuelo, por lo que fue sentenciada a veinte años.

Pero ahora le estaba enviando una solicitud. ¿Lynette había salido de la cárcel?

Pensando en ello, Yvonne aceptó apresuradamente la solicitud y estaba a punto de escribir para corroborar si era ella.

Entonces Lynette envió el primer mensaje. "¿Es Yvonne?".

Después de ver el mensaje, Yvonne se quedó en silencio por un momento. Luego, borró el mensaje que acababa de escribir y respondió con un "Sí".

Esta vez, Lynette la llamó directamente.

El teléfono de Yvonne vibró de repente y ella estuvo a punto de tirarlo.

Pero al final, se tranquilizó y respondió a la llamada.

La voz de Lynette pasó por el teléfono. "Yvonne...”.

Yvonne la reconoció de inmediato, pero su voz no sonaba tan animada y alegre como antes. Era una voz de sufrimiento y ronquera.

Yvonne estaba molesta y desconsolada. Se sintió angustiada y tarareó: "Soy yo".

Lynette dijo con una sonrisa: "Realmente eres tú. Estaba tratando de escribirte al teléfono anterior para ver si podía comunicarme contigo. Inesperadamente, funcionó".

Yvonne respiró hondo. "Cambié mi número, pero no cambié mi WhatsApp para que pudieras encontrarme. Pero, ¿cómo conseguiste un teléfono? ¿Saliste de la cárcel?".

Lynette se tocó el pelo corto y dijo: "Sí, hice una gran contribución hace un tiempo, así que mi sentencia se redujo en unos años y estoy cumpliendo sentencias fuera de la cárcel. Mientras esté bajo la vigilancia de la policía, puedo trabajar y descansar normalmente".

Yvonne levantó la barbilla. "Ya veo. Felicidades".

“Gracias”, tragó fuerte Lynette, y luego dijo: “Después de que salí, escuché que habías muerto hace seis años. No lo creí. Luego pregunté y vi una foto de la esposa actual del Señor Lancaster. Te vi en la foto, pero con otro nombre. Yvonne, ¿qué está pasando?".

Yvonne tocó el cabello de su hijo y luego le contó lo que sucedió en ese entonces.

Después de escuchar la historia, Lynette se dio cuenta de que su mejor amiga había pasado por muchos peligros.

Lynette lloró y se disculpó: "Lo siento, Yvonne. Te traicioné por mi deseo egoísta. Lo siento mucho".

A Yvonne le dolió mucho lo que ella hizo, pero no podía odiarla al escucharla llorar.

Yvonne dijo con sinceridad: "Bueno, todo ha terminado. Ahora que estás libre, vive tranquila y deja de hacer esas cosas".

Lynette tarareó: "Lo sé, no volveré hacerlo. Me comuniqué con mis padres. Están muy felices de saber que estoy libre. Además, escuché que alguien les ha estado enviando dinero estos años. No es mucho, pero es suficiente para vivir".

Al decir esto, su voz se ahogó, "Mis padres no saben de dónde viene el dinero, pero sé que eres tú, ¿verdad? Yvonne, has estado ayudándome a cuidar de mis padres, ¿verdad?".

Yvonne sonrió. “Tus padres fueron muy amables conmigo en ese entonces. Si no me hubieran ayudado, no podría vivir en la familia Frey, así que debería cuidar de ellos".

Lynette seguía llorando. "Gracias. Muchísimas gracias…".

Los labios de Yvonne se movieron. Estaba a punto de decir algo, pero la puerta de la habitación se abrió y Henry entró.

“Está bien, Lynette. Me tengo que ir. Vamos a vernos algún día".

Lynette se secó las lágrimas y asintió. "Está bien".

Henry llevó a Theo de regreso a su habitación. Una hora después él regresó a su habitación.

Después de tomar una ducha, Yvonne se sentó en la cama a leer un libro. Cuando lo vio entrar, ella levantó un poco la cabeza. "¿Theo se durmió?".

Henry se tiró de la corbata mientras le respondía. "Sí. Lo dejé dormido".

Yvonne palmeó la cama y le indicó que se sentara.

Henry se sentó.

Yvonne cerró el libro en su mano, se arrodilló detrás de él y le dio un masaje en los hombros. "¡Gracias, esposo! Has trabajado muy duro".

Los ojos de Henry se oscurecieron. De repente, él estiró los brazos, la agarró por la cintura y luego la abrazó.

"¡Ah!". Yvonne se sintió mareada y se sentó en los brazos de Henry.

Ella palmeó al hombre en el pecho. "¿Qué estás haciendo? ¡Casi me matas del susto!".

Henry sonrió humildemente con sus ojos caídos mirándola. "Cariño, quiero".

Yvonne puso los ojos en blanco. "De ninguna manera, sabes que estoy...".

Los ojos de Henry se oscurecieron. "Está bien, puedes ayudarme".

Yvonne se sorprendió. "¿Qué estás diciendo? ¿Ayudarte? ¿Cómo te puedo ayudar?".

No es lo que ella estaba pensando, ¿verdad?

Los ojos de Henry se oscurecieron aún más. Agarró su mano y la apretó contra su parte inferior del abdomen.

El cuerpo de Yvonne se puso tenso y quiso retirar su mano, pero Henry la apretó con fuerza para evitarlo.

Yvonne abrió la boca y su rostro se sonrojó. "Tú…”

"¡Ayúdame!". Henry bajó la cabeza y la enterró junto a su oreja. Su voz era profunda y ronca.