¡Era un plan perfecto! Si el cadáver de Sigrid era incinerado, no dejaría ningún rastro de su ADN.
El ritmo cardíaco de Loris estaba subiendo gradualmente. Si la próxima abducción tenía éxito, Sigrid desaparecería completamente de este mundo. Entonces Loris no tendría que preocuparse de que su identidad fuera descubierta en el futuro. Solo tenía que asegurarse de no volver a fallar.
Dos días después, George estaba sentado en el estudio, escuchando el informe de la investigación llevada a cabo por la policía y comparándolo con sus propios hallazgos. Molesto, descubrió que él había encontrado mucha más información que la policía.
En lugar de sospechar de Rebecca, los agentes se enfocaron en investigar a las mujeres que fueron víctimas de los traficantes. Ellos iban por una línea de investigación completamente diferente.
Al principio, George abrigaba fuertes sospechas acerca de Rebecca, pero no tardó en darse cuenta de que los Vincent no tenían idea de lo que había pasado.
Inmediatamente después de la boda y tras el secuestro, George contrató a un investigador. Por supuesto, si Rebecca era la mente maestra detrás de todo esto, trataría de engañarlo. Para ella debería ser pan comido, ya que era actriz.
Sin embargo, después de que verificaron la cuenta bancaria de Rebecca, no pudieron encontrar ninguna transacción inusual reciente. Preocupado porque esto podría ser una táctica para evitar cualquier sospecha, George incluso le pidió a un profesional que elaborara un balance para evaluar su cuenta bancaria desde que comenzó su carrera. Así podría verificar si las transacciones cuadraban.
El agente de Rebecca también trabajaba para George, y naturalmente, tenía conocimiento acerca de la mayoría de sus gastos.
Pero resultó que la cuenta bancaria de Rebecca y el balance hecho por el profesional solo diferían en quinientos mil dólares.
¿Quinientos mil dólares para contratar a un equipo de habilidosos secuestradores que ni siquiera dejaron cabos sueltos?
Aquello le pareció imposible a George.
Si sus hombres no eran capaces de encontrar fisuras en el modus operandi de unos secuestradores que solo cobraban quinientos mil dólares, entonces merecían ser despedidos.
De inmediato, George se enfocó cuidadosamente en aquellas personas que odiaban más a Sigrid. Incluso consideró que el motivo de su secuestro podría estar relacionado con el hecho de que era su esposa. Pero aunque había posibles candidatos en el mundo de los negocios, no era fácil que lo hubiera llevado a cabo alguno de sus rivales comerciales.
En cuanto a las dos compañeras de dormitorio que detestaban a Sigrid, y los chicos que la habían cortejado durante sus días de escuela, ninguno de ellos era lo suficientemente rico como para pagar semejante jugada sucia.
Fue entonces que un nombre acudió a su mente: Loris.
De hecho, escudándose tras el prestigio y el dinero de una familia como los Andrew, a Loris no le resultaría difícil hacer una cosa así sin dejar rastro.
Loris ni siquiera tenía piedad de su propia hermana. Y tratándose de Sigrid, George estaba seguro de que si Loris pudiera, la ejecutaría en el acto. Pero... ¿Por qué contratar a unos traficantes de personas para que la vendieran en una isla remota?
La cabeza comenzó a dolerle. Se echó hacia atrás y asumió que el responsable del secuestro de Sigrid era alguno de sus rivales de negocios.
Tal vez querían vender a Sigrid y dejarla embarazada, para luego anunciarlo públicamente y así humillarlo.
Bien, después de todo, aquello no era algo que hubiera podido hacer Loris.
Mientras George estaba sumido en sus pensamientos, alguien llamó a la puerta.
"¡Pase!"
La puerta se abrió y Sigrid entró llevando una taza de té: "¿Todavía tienes trabajo que hacer? Es tarde", le dijo.
"No". George se incorporó y tomó la taza de su mano. Bebió un sorbo y descubrió que la infusión todavía estaba hirviendo, así que la puso sobre la mesa y la tomó en sus brazos para que se sentara en su regazo.
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