Todos los que escucharon a Selena quedaron impresionados.
Vera tomó la mano de Everleigh afectuosamente. "¿De verdad estás en uno de nuestros mejores hospitales? Déjame felicitarte, porque no es fácil ser jefa de cirugía en ese tipo de instituciones. ¿Hace cuánto tiempo entraste a trabajar allí?"
Entonces Everleigh miró por el rabillo del ojo qué reacción tenía su padre y asintió con orgullo. "Recién acabo de regresar a la ciudad".
"Abraham, tienes un par de hijas prometedoras. El campo que escogió tu primogénita no es nada fácil. Hiciste un buen trabajo criándolas", agregó la mujer.
"..."
En ese momento, la expresión de Abraham cambió, ya que después de saber que Everleigh estaba sobresaliendo en su profesión, el hombre se sintió orgulloso y se relajó.
Entonces él la miró y aunque su rostro era de seriedad, la tristeza había desaparecido. "Como médico, siempre debes prestarle mucha atención a tu comportamiento", dijo viéndola fijamente, a manera de consejo,
Al escucharlo, Everleigh se sintió halagada y respondió con alivio. "Sí, papá. Haré mi mejor esfuerzo".
"¡Qué satisfacción debes sentir como padre! Tu hija ya es una adulta, pero todavía escucha los consejos de sus mayores", dijo una de las tías que estaba cerca de ellos.
"Así es. Es una suerte tener una hija como Everleigh. La he querido desde que era niña", comentó el tío Joseph.
"No cabe duda de que ella es una mujer triunfadora, pero sigue soltera. ¿Por qué no le presentan a alguien?", intervino Selena, bromeando.
Los invitados sonrieron ante la petición, pero Vera respondió al instante, con tono amable: "Sí, es bien sabido que los médicos tienen problemas para encontrar pareja. Mi sobrina es una mujer sobresaliente y tenemos que encontrar al hombre que la merezca. No se preocupen, déjenmelo a mí".
Como todo mundo estaba enfrascado en la conversación, ninguno de los presentes se dio cuenta de que Everleigh parecía incómoda. Por su parte, Abraham también escuchaba con el ceño fruncido.
De pronto, cuando todos estaban de los más animados, se oyó una vocecita adorable: "¡Mami!" y una pequeñita vestida de rosa se abrió paso entre los grupos de invitados a lo largo del salón.
La niña llegó corriendo hasta donde estaba la familia Treviño y se arrojó a los brazos de Everleigh. "¡Mamá, hasta que te encontré!", dijo con las mejillas sonrosadas y los ojos brillantes.
El rostro de Everleigh se puso pálido, mientras alzaba a Adrienne entre sus brazos.
¿Cómo había llegado a la fiesta?
Todos las veían desconcertados, intercambiando miradas de confusión. En especial, por la manera en la que la pequeña se había dirigido hacia la mujer.
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