Amor profundo escondido de él romance Capítulo 26

Después de escuchar a su hermano, Adrienne estaba segura de que no se había equivocado de hombre. Así que se emocionó y tiró de las mangas de Theodore para llamar su atención: "Papi, ¿por qué no fuiste a darle tú mismo las medicinas a mamá? Alastair y yo estuvimos batallando mucho tiempo para conseguirlas".

El hombre entrecerró los ojos sin contestar.

Pero su madre intervino apresuradamente, "Adrienne Treviño, ¡basta! Guarda silencio, por favor".

En ese momento la niña empezó a temblar, pues aunque desde que era una bebé era una alborotadora y su hermano cargara generalmente con sus culpas, en ocasiones también recibía uno que otro castigo. Sin embargo, cuando su mamá la llamaba por su nombre completo, sabía que debía empezar a portarse bien.

Así que el regaño logró su efecto y todos se quedaron tan callados que podría escucharse el sonido de un alfiler al caer al suelo.

"¡Me asombra tu originalidad al elegir los nombres de los gemelos!".

La voz de Theodore se oyó como un trueno en medio de la atmósfera tan silenciosa del coche.

De manera que Everleigh, quien iba sumida en sus pensamientos, dio un brinco al oírlo y se estremeció. Volteó a mirarlo y encontró sus ojos oscuros que habían dejado a un lado su frialdad y en ese momento la observaban a la expectativa.

"¡Alastair y Adrienne!", él apretó los labios con una mueca burlona y agregó: "¿Por qué les pusiste así?".

Entonces ella volteó los ojos en blanco y desvió la mirada hacia la ventana. "Ninguna razón en particular", contestó, con fastidio.

"¡No! Yo recuerdo otra cosa" interrumpió Adrienne de repente, "Mami, tú dijiste que nuestros nombres significaban algo muy especial".

Al punto de la desesperación, Everleigh volteó a verla abriendo mucho los ojos. "¡Adrienne!".

Al notar la mirada nerviosa de la mujer, Theodore se rio disimuladamente y volteó hacia la niña. "¿Y qué quieren decir?", preguntó.

"¡Mamá dijo que eran nombres que atraían la buena suerte!".

“¡Mmm! Entonces, deben ser niños muy afortunados”, comentó él.

Sin embargo, el rostro tranquilo de Alastair se congeló al ver que su madre bajaba la cabeza avergonzada.

Existía toda una historia detrás de esos nombres. Ya que, cuando ella dio a luz a los gemelos, atravesó por una serie de complicaciones durante el parto. Incluso durante todo el procedimiento, ella estuvo rezando para salir con bien y que sus hijos nacieran sanos. Después de ese difícil momento, ella decidió nombrar a los gemelos como los personajes de una historia, con la esperanza de que compartieran la misma suerte.

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