Jin Fengchen caminó hacia la puerta y con sus ojos en los del anciano, él dijo cordialmente: “Abuelo”.
El señor mayor asintió y dijo: “¡Finalmente llegaste! ¿Dónde está Fengyao? ¿No está aquí?”
Jin Fengchen dijo con una leve sonrisa en su rostro: “Sabes cómo es él. Siempre está inquieto”.
Los dos hermanos de la Familia Jin visitaban a su abuelo cuando tenían tiempo. Jin Fengyao siempre se aburría en cuanto se sentaba. El Segundo Joven Amo de la Familia Jin no estaba interesado en sentarse, jugar ajedrez y tomar té. Él preferiría estar en la oficina trabajando.
El anciano sonrió. “Ese chiquillo…”
Jin Fengchen ayudó al anciano por la puerta mientras decía: “Entremos, Abuelo. Te reto a una partida de ajedrez”.
Al anciano le gustó escuchar eso.
Jin Fengchen se percató de inmediato que el juego de té no estaba ahí. Él sabía que su abuelo estaba encariñado con el juego y lo tenía ahí desde hacía mucho tiempo. Jin Fengyao una vez le preguntó si se lo podía dar a un cliente como un regalo, pero el señor lo golpeó con su bastón de caminar. “¿Dónde está ahora? ¿Será que Abuelo lo guardo?”
El asistente notó la confusión de Jin Fengchen y le explicó: “Joven Amo, una joven estuvo aquí. Nuestro Amo vio que ella adoraba el juego de té y se lo dio como un regalo”.
Un destello de sorpresa cruzó los ojos de Jin Fengchen. “¿Él se lo dio a una chica como un regalo? Él es muy particular con las personas. Esa muchacha debe ser única”.
“¿Lo hizo? ¿Acaso el Abuelo no habló sobre dárselo a una persona que estuviera destinada a tenerlo? ¿No tienes miedo que has juzgado mal a esta persona?”
El anciano sonrió y dijo: “Puede que yo me haya retirado, pero mis ojos no lo han hecho. La muchacha tenía ojos claros. No había nada calculado en ellos. Eran muy puros”.
Jin Fengchen se sorprendió al escuchar esto, porque era la primera vez que su abuelo hablaba tan amablemente de una persona.
“Hablando de eso, esa muchacha y tú serían una buena pareja. Ella es única porque le interesa mucho el arte del té también. Ella prometió venir todos los días. Quiero que la conozcas. Tal vez te agrade”.
Jin Fengchen no le prestó mucha atención y lo descartó como la insistencia usual de su abuelo.
Todos en la Familia Jin y su abuelo en la Familia Qin estaban muy preocupados por su matrimonio.
“Abuelo, estoy enamorado de una persona. Ya no te tienes que preocupar sobre eso”.
Los dos charlaron mientras caminaban al piso de arriba. El anciano dijo: “Escuche a Mulan hablar sobre ella. Me alegro de que finalmente estés enamorado. Pero esa chica no suena como una buena persona por lo que escuche”.
Qin Mulan era la madre de Jin Fengchen.
Qin Mulan había dicho que dejaría a Jin Fengchen y Jiang Sese en paz. Pero eso no la detendría de ir donde su padre a quejarse. Ella también esperaba que el abuelo lo hiciera entrar en razón.
El Viejo Qin solo sabía sobre Jiang Sese y Jin Fengchen de la boca de su hija. Ya que su propia hija le había dicho que la chica no era buena para él, el anciano estaba preocupado que su nieto se hubiera enamorado de la persona incorrecta.
Jin Fengchen no dijo nada, así que su abuelo continuó: “Fengchen, tienes que saber que tú y Fengyao son los verdaderos herederos de las Familias Jin y Qin. La esposa del hijo mayor, como la primera esposa de ambas familias no tiene que ser muy versátil. Pero, por lo menos, tiene que ser una buena persona”.
Jin Fengchen tenía que defenderla: “Ella es una muy buena persona. Mi Madre la ha juzgado mal. Además, mi tío también tiene hijos. Yo considero que Fengyao y yo solo somos herederos en parte”.
“Pero tú eres mi nieto también. Al igual que Fengyao. Ustedes tomarán una gran responsabilidad. Tienes que saber que la Familia Qin es muy famosa por sus generaciones de soldados leales en el ejército. Aunque tú y tu hermano están en el mundo de los negocios, será útil para tu primo. Estamos contando contigo”.
“Demostraré mi valor, Abuelo”.
El Viejo Qin asintió mientras colocaba el tablero de ajedrez en la mesa y comenzó a hablar sobre Jiang Sese nuevamente.
“Fengchen, tus padres no se quieren involucrar en tu matrimonio. Ellos solo quieren que tu esposa sea una buena persona. También es mi esperanza. El matrimonio es demasiado importante para tomarlo a la ligera. Tienes que estar realmente seguro”.
El Viejo Qin no pudo evitar pensar en la muchacha de hace un momento. Todavía estaba pensando en presentarlos.
“¿Qué tal mañana? Puedes venir y conocer a la chica. ¡Tal vez te guste!”
Había impotencia en los ojos de Jin Fengchen. Él se lamió los labios y dijo: “Abuelo, por favor deja de hacer eso. Ya encontré a quien amar. Tiene que ser ella”.
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