Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1578

Cuando llegaron a la cocina, Shang Ying preguntó: “Sese, ¿qué pasó con el virus en tu cuerpo, volverá a activarse?”.

La última vez que tuvo un ataque de virus, los asustó a todos.

Jiang Sese le dedicó una sonrisa tranquilizadora. “Está bajo control, y no ha reaparecido”.

Shang Ying dio un suspiro de alivio. “Qué bien”.

Recogió su delantal, se lo ató y dijo: “Quédate aquí unos días, y me aseguraré de que te recuperes bien”.

“Gracias, Tía”. Jiang Sese se abrazó a su brazo. “Eres la que más me quiere”.

Shang Ying la miró con una sonrisa. “¿A quién voy a querer si no es a ti?”.

Por la noche, la familia se reunió para cenar. Las risas eran constantes y el ambiente era cálido y agradable.

El Viejo estaba de buen humor, con su rostro en mejor aspecto y estaba radiante.

“Hacía tiempo que la casa no estaba tan animada”. Dijo alegremente.

“Abuelo, cuando nazca el hijo de Yuchen y Weiwei, la familia siempre estará animada”. Dijo Jiang Sese con una sonrisa.

“Sese tiene razón, el hogar se animará con un niño”. Fang Teng estuvo de acuerdo.

El Viejo miró a Liang Xinwei y a Fang Yucheng. “Yuchen, estoy realmente muy contento”.

Después del accidente de coche, estuvo en coma durante mucho tiempo. Fue Yuchen quien asumió todo el Grupo Fang, e incluso se casó con una esposa tan buena.

Estaba realmente aliviado.

Fang Yuchen rodeó con sus brazos el hombro de Liang Xinwei y sonrió: “¡Abuelo, le daremos un nieto bien gordo!”.

“¿Quién dijo que quiero un nieto?”. Lo miró con descontento.

Fang Yuchen se quedó perplejo. ¿Qué iba a querer sino un nieto?

“Quiero una nieta. Una nieta que sea tan inteligente como Weiwei y Sese”.

Tras escuchar las palabras del viejo, Fang Yuchen cambió inmediatamente su tono: “De acuerdo, entonces te daremos una nieta tan encantadora como Tiantian”.

El viejo estaba tan contento que incluso dijo: “Bien”, tres veces.

Después de la cena, Shang Ying dispuso que Jin Fengchen y Jiang Sese subieran a descansar.

“Deben estar cansados de volar hasta acá. Suban y descansen. Yo me ocuparé de Xiaobao y Tiantian”.

Jiang Sese estaba un poco avergonzada, pero ante la insistencia de Shang Ying, solo pudo subir a descansar.

Jin Fengchen y Jiang Sese se quedaron con la familia Fang durante varios días. Durante estos días, Jin Fengchen jugaba al ajedrez con el Viejo Fang todos los días, o iba a hacer turismo por la Capital con Jiang Sese.

Estaban disfrutando.

Ese día, durante el almuerzo, Jin Fengchen dijo de repente: “Quiero llevar a Sese y a los niños a visitar otros lugares”.

Al oír esto, el Viejo frunció el ceño. “¿Se van?”.

Jin Fengchen sonrió y dijo suavemente: “Abuelo, estaba ocupado con el trabajo y no tenía tiempo de acompañarlos. Ahora que por fin pude tomar un descanso, quiero enseñarles un lugar”.

Aunque Xiaobao siempre estaba tranquilo, esta vez estaba tan feliz como Tiantian.

Jiang Sese se recostó en los brazos de Jin Fengchen, y la agradable brisa del mar soplaba contra su cara. Sonrió lentamente. Era realmente cómodo.

El yate navegó hasta una isla, y Jiang Sese sujetó su sombrero de pescador con una mano y la barandilla con la otra, mirando a la gente en la orilla de la isla. “¿Hay gente viviendo en esta isla?”.

Jin Fengchen se acercó: “Hay locales. Sin embargo, la mayoría son industrias del Grupo”.

“¿Del Grupo?”. Jiang Sese se giró para mirarlo con sorpresa.

“Bueno, el ambiente aquí es muy bueno. Cuando lo construí por primera vez, pensé en traerte aquí algún día, pero luego pasaron demasiadas cosas y no tuve tiempo. Esta vez, por fin tengo la oportunidad”.

Tras decir esto, Jin Fengchen la ayudó a bajar del yate, mientras los dos niños ya habían corrido delante de ellos y bajaron del barco primero.

Jiang Sese miró a su alrededor. La ecología original de la isla se mantenía bien, lo que le hacía feliz.

“¡Mami, me encanta este lugar!”. Tiantian sonrió ampliamente.

“A mí también me gusta”.

Los habitantes de la isla les dieron una cálida bienvenida.

Al ver las sencillas sonrisas de los isleños, Jiang Sese se sintió realmente relajada.

Jin Fengchen la llevó a ella y a los niños por toda la isla en un autobús turístico, y finalmente los llevó a una villa junto al mar.

La villa estaba muy bien decorada. Jiang Sese se acercó a las ventanas francesas y miró la interminable costa. Sintió una sensación de paz largamente perdida.