Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 165

La fiebre de Jiang Sese cesó al día siguiente. Aliviado, Jin Fengchen la sacó del hospital y la llevó de vuelta al hotel.

Jiang Sese no podía evitar sentirse culpable cuando recordó que Jin Fengchen había tenido que dormir en el sofá del hospital esa noche. La enfermedad repentina la había sorprendido completamente.

En cuanto salieron del elevador, Su Qingyin salió de su cuarto al escuchar el sonido. Casi no había dormido la noche anterior, pero se veía tan elegante y agraciada como siempre. Ella los saludó con una sonrisa. “Señorita Jiang, ¿cómo se siente? Estábamos tan asustados cuando se desmayó durante el banquete anoche”.

“Me siento mejor ahora. Gracias por su preocupación, Señorita Su”, respondió Jiang Sese.

“Me alegra escucharlo”.

Su Qingyin asintió y se dirigió a Jin Fengchen y le habló sobre sus asuntos oficiales.

“Por cierto, Fengchen, el proyecto que mencionó el Sr. Li ayer necesita su opinión”. Después de eso, Su Qingyin estudió la cara de Jin Fengchen y dijo involuntariamente: “¿No dormiste bien anoche? ¿Necesitas tomar una siesta antes de que salgamos?”

El solo pensar que Jin Fengchen se quedó toda la noche en el hospital con Jiang Sese hacía sentir a Su Qingyin enferma de celos. Ella no podía entender que veía Jin Fengchen en Jiang Sese que lo atraía tanto.

“Estoy bien”. Jin Fengchen sacudió la cabeza. Él se volteo hacia Jiang Sese.

Viendo esto, Jiang Sese dijo inmediatamente: “No me dejes retenerte”.

“Está bien. Descansa. Llámame si necesitas algo”.

Después de esto, Jin Fengchen se fue con Su Qingyin.

Jiang Sese no se movió y los vio irse como en un trance. Justo entonces, su propia puerta se abrió y Xu Na salió.

Con una mirada de intriga en su cara, Xu Na le preguntó primero a Jiang Sese sobre su salud.

“Hermana Sese, ¿cómo se siente? ¿Su temperatura bajó? ¿Tiene dolor o algo? Estaba realmente asustada cuando se desmayó anoche”.

“¡No te preocupes! Ya me siento mejor”.

“Debí hacer que se quedara en la habitación y descansará anoche. Me alegro de que esté bien ahora o no sabría qué decirle a la Gerente Su”.

Jiang Sese sonrió. “¡No habríamos conseguido el proyecto si me hubiera quedado! Ya casi es hora. Vamos al Grupo SR y firmemos el contrato”.

“Así es. ¡Vamos! ¡No queremos llegar tarde después de todo lo que pasamos para cerrar el trato!”

“Sí”. Jiang Sese asintió, se cambió, y partieron hacia el Grupo SR.

…

En el camino allá, Xu Na no pudo evitar cuestionar a Jiang Sese sobre su relación con Jin Fengchen.

“Ya te dije. No lo conozco muy bien”, dijo Jiang Sese. Ella no quería que su compañera de trabajo supiera sobre su relación con Jin Fengchen. Aunque, ahora que lo pensaba, le parecía que ellos no tenían ningún tipo de relación.

“Si ese es el caso, ¿por qué el Sr. Jin te llevó al hospital?”

“Hemos trabajado juntos antes. Creo que el Sr. Jin solo lo hizo por ser amable”.

Mirando fijamente al rostro de Jiang Sese, Xu Na no se veía convencida.

Jiang Sese sonrió y luego llamó a Su Shan para decirle que había conseguido el contrato con el Grupo SR.

Su Shan se escuchaba emocionada al otro lado de la línea. “¡Eres brillante, Sese! Sabía que lo podrías lograr. ¡Excelente trabajo! Xu Na me dijo que estabas enferma. Ya que el contrato fue cerrado, ustedes deberían tomarse unos días para descansar antes de venir. Disfruten este par de días”.

“Muchas gracias, Gerente Su”, dijo Jiang Sese con una sonrisa.

Jiang Sese y Xu Na regresaron al hotel después de la llamada.

De vuelta en casa, Han Jing sentía que había sido abofeteada en la cara cuando escuchó que Jiang Sese había tenido éxito. En unos días Jiang Sese había logrado lo que ella no pudo lograr en un mes.

Enfurecida, Han Jing no admitiría su derrota. “Gerente Su, esas personas del Grupo SR eran imposibles. Estoy segura de que Jiang Sese solo fue capaz de conseguir el contrato porque utilizó medios inapropiados”.

Para Han Jing, Jiang Sese no era nada más que una cara bonita. Ella creía que solo podía cerrar tratos porque seducía a todos sus clientes con su belleza. Ella pensaba que Jiang Sese no tenía nada de talento.

Al escuchar esto, el rostro de Su Shan se oscureció y tiró el archivo en su mano sobre el escritorio. Entonces miró a Han Jing. “Han Jing, ¿algún día vas a admitir que hay personas más capaces que tú?”

“Gerente Su…”

Han Jing bajó la mirada, intimidada por el porte de Su Shan.

“¿Sabes qué fue lo primero que hizo Jiang Sese cuando fue a Nueva York? Ella se quedó despierta toda la noche para crear un nuevo plan de negocios y fue a reunirse con el cliente, aunque estaba enferma. Ella se desmayó en la fiesta después de la reunión. ¿Acaso te puedes imaginar todo lo que ella ha invertido en este proyecto? ¿Y tú qué hiciste? Han Jing, es hora de que reflexiones sobre ti misma, en vez de estar esparciendo injurias sobre Jiang Sese”.

Viendo que Su Shan había perdido la paciencia, Han Jing no se atrevió a decirle más. Salió delicadamente de la oficina.