Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 458

Resultó que Jin Fengchen había predicho el futuro como un profeta.

Dos días más tarde, después del trabajo, Jiang Sese fue detenida por Sheng Zhixia fuera del edificio del Grupo Jin.

Ella había aparecido tan repentinamente que Jiang Sese no tuvo tiempo de reaccionar. Lo siguiente que supo fue que una mujer se había arrodillado a sus pies, lo que la asustó.

"¿Qué estás haciendo? Por favor, levántate". Jiang Sese trató de poner en pie a Sheng Zhixia.

"Señorita Jiang, se lo ruego. Por favor, devuélvame a Xiaobao... ¡No puedo vivir sin él! ¡Él es mi vida! ¡Haré lo que sea para tenerlo de vuelta! ¡Por favor, no me quite a mi hijo! ¡Por favor!".

Empezó a llorar mientras hablaba.

Era la hora pico después del trabajo y todo el mundo podía ver a las dos mujeres en cuanto salían del edificio. Como una de ellas era la esposa de su presidente, todos los empleados se detuvieron, ya que tenían curiosidad de ver lo que iba a ocurrir a continuación.

"Por favor, levántate. Hablemos en otro lugar". A Jiang Sese no le gustaba ser observada por semejante multitud, ya que la hacía sentir como un mono en el circo. Por otro lado, estaba asombrada por Sheng Zhixia, ya que la mujer podía arrodillarse todo el tiempo sin dudar. Ella se agachó e intentó ayudar a la mujer a levantarse.

Sin embargo, Sheng Zhixia no se lo permitió y siguió esquivando sus manos. Su cara estaba manchada de lágrimas cuando dijo: "Señorita Jiang, no me levantaré hasta que usted diga que sí".

Jiang Sese palideció un poco. No podía decir que no delante de tanta gente, pero tampoco iba a darle a Sheng Zhixia lo que quería.

Sheng Zhixia acababa de ponerla en una posición muy difícil.

"Levántate ahora. ¿Todavía quieres que se resuelva este problema? Si ese es el caso, ponte de pie, si no, puedes arrodillarte ahí todo el tiempo que quieras", dijo Jiang Sese con indiferencia.

Por fin había visto la verdadera cara de esta mujer; su apariencia inocente y agradable era solo para aparentar. En el fondo, no podía ser más intrigante. Había elegido aparecer en ese momento a propósito. Con solo arrodillarse allí y derramar unas cuantas lágrimas, todos en el edificio se podrían enterar de que la madre biológica de Xiaobao había aparecido para el día siguiente.

Esas palabras desconcertaron un poco a Sheng Zhixia, pero siguió llorando. "Por supuesto que quiero resolver este problema, pero me he hecho la prueba de maternidad y he explicado lo que me ha pasado. Aun así...".

"¿Qué haces aquí? ¡Estás bloqueando el camino! ¡Por favor, váyase!". Los guardias de seguridad llegaron finalmente en ese momento.

Jiang Sese lanzó un suspiro. En el fondo, temía que Sheng Zhixia siguiera hablando. Los espectadores no conocían toda la historia y creerían lo que escucharan primero, y eso crearía más problemas.

Rodeando con sus brazos la pierna de Jiang Sese, Sheng Zhixia maldijo para sus adentros: "¡Estaba tan cerca de hacer ceder a Jiang Sese, pero estos m*lditos guardias de seguridad tenían que aparecer ahora! ¡Qué mala suerte!".

"Señorita Jiang, no voy a sustituirla. Usted seguirá siendo la Señora Jin. Solo quiero a Xiaobao. Ese es mi único deseo. ¿Podría decir que sí, por favor?".

Jiang Sese se impacientó al escuchar esas palabras. Sheng Zhixia hizo que pareciera que había impedido que madre e hijo se vieran. Esta mujer la había hecho parecer la mala de la historia.

Se estaba poniendo nerviosa cuando una figura alta salió corriendo y la alcanzó en poco tiempo. Era nada más y nada menos que Jin Fengchen.

El rostro del hombre se ensombreció al ver lo que ocurría. Él apartó a Sheng Zhixia, se puso entre las dos mujeres, y su cara se llenó de ira cuando dijo con voz sombría: "Sheng Zhixia, no podría haber sido más claro, pero veo que todavía no lo entiendes".

Sheng Zhixia retrocedió con cara de susto, pero aun así se armó de valor para decir: "Jin Fengchen, si no me hubieras impedido ver a mi hijo, nunca habría venido aquí. Solo quiero recuperar a mi hijo".

"Fue mi decisión no dejar que Xiaobao te viera, así que debería ser yo con quien hablaras. Ya te lo he dicho: causale cualquier problema a ella, y me aseguraré de que no te den nada". No había calidez en su voz.

Sheng Zhixia se cayó de espaldas y quedó sentada en el suelo antes de empezar a llorar. Tenía un aspecto tan lamentable que todos los espectadores sintieron compasión por ella.