Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 81

Su Qingyin se deshizo de su desconcierto y sonrió. "¿Qué la trae por aquí, Señorita Jiang? Espero que esté bien ahora. ¡El incidente de ese día fue realmente espantoso! Es una suerte que esté bien. ¡Hasta estaba pensando en hacerle una visita!"

"Ah, gracias por su preocupación, Señorita Su,” respondió Jiang Sese. "Estoy bien ahora. Estoy aquí hoy para proponer una colaboración con el presidente Jin.”

"¡Ya veo!" dijo Su Qingyin, asintiendo con fingida aprobación.

Con el origen y la identidad de Jiang Sese aún inciertos hasta ahora, ella no pudo evitar sentir sospechas. "¿Está ella realmente involucrada con Jin Fengchen sólo por su trabajo?"

Las dos mujeres todavía estaban hablando cuando Jin Fengchen deslizó una carpeta en la mano de Jiang Sese.

"Básicamente estas son las mejoras en las que puedes trabajar. Realiza los cambios.”

"Entendido, Presidente Jin. Me regresaré de inmediato para realizar las modificaciones,” ella dijo, guardando la carpeta mientras asentía. Ella estaba a punto de dirigirse hacia la puerta cuando la voz de Jin Fengchen vino desde detrás de su escritorio.

"No. Puedes hacer cualquier cambio aquí. Luego cenamos juntos."

Su Qingyin se conmocionó inquietamente cuando escuchó esto. A pesar de sus mejores esfuerzos por no mostrar nada, ella se estaba doblando por dentro en miseria y celos.

Jin Fengchen la había rechazado cada vez que lo invitaba a comer juntos. ¡Sin embargo, aquí estaba él, invitando a otra mujer a salir justo enfrente de ella!

La cabeza de Jiang Sese se hundió aún más bajo la mirada resentida de Su Qingyin. "Yo, yo... ¡yo no creo que sea necesario, Presidente Jin!" ella tartamudeó apresuradamente.

"Le he informado a Xiaobao sobre tu visita. Él ya está en camino aquí. Sus clases acaban de terminar,” dijo Jin Fengchen con total naturalidad, ansioso por no permitir que Jiang Sese escapara.

Eso dejó a Jiang Sese sin otra opción. Con Xiaobao ya en camino a verla, ella no podía irse. Con la cabeza abajo, ella se sentó a un lado dócilmente, realizando las modificaciones necesarias en silencio.

"Pero es solo el almuerzo... No es que Su Qingyin sea la novia de Jin Fengchen... ¡A Jin Fengchen ni siquiera le agrada ella! ¡¿Entonces por qué debería sentirme mal?!"

Su Qingyin procedió a darle a Jin Fengchen su informe de trabajo, haciendo todo lo posible por lucir tranquila y serena como de costumbre.

Cuando terminó su informe unos minutos después, ella lanzó una mirada fugaz a Jin Fengchen y otra mirada descontenta y feroz a Jiang Sese.

"¡¿Acaso se supone que solo debo mirar como espectadora mientras ellos se van a almorzar juntos?!"

Pero ella fue interrumpida por un emocionado Xiaobao, que atravesó las puertas.

Rápidamente ella llamó al niño con toda la alegría que pudo reunir.

"¡Oh, cielos! ¡Xiaobao, estás aquí!"

Ella abrió los brazos para abrazarlo; luego, los recuerdos de su primer encuentro con Xiaobao en su casa volvieron a ella tan vívidos como ayer...

Xiaobao realmente se asemejaba a su padre, no se entusiasmaba fácilmente con los extraños.

"Pero no importa,” pensó Su Qingyin. "¡Pequeños pasos, pequeños pasos!" Ella se recordó a sí misma que debía ser paciente.

"Hola, Tía Qingyin.” Xiaobao la saludó cortésmente.

Cortés y distante.

Su Qingyin solo pudo sonreír a cambio. Pero antes de que pudiera decir algo más, Xiaobao corrió hacia el sofá y se arrojó a los brazos de Jiang Sese.

"¡Han pasado dos días, Tía Sese! ¿No extrañaste a Xiaobao?"

El niño alegre estaba tan emocionado de verla.

Jiang Sese abrió los brazos para abrazarlo. Con felicidad y dicha prácticamente escapándose de sus ojos, ella dijo: "¡Ciertamente lo hice! ¡Claro que la Tía Sese extrañó a Xiaobao!"

Eso le valió una risita de Xiaobao antes de que el niño corriera hacia su padre y lo saludara.

Sin embargo, Su Qingyin estaba congelada en el lugar. Ella nunca había esperado ver que un Xiaobao generalmente distante fuera tan cercano e íntimo con Jiang Sese.

"¡¿Pero por qué?!"

Y el comportamiento de Jin Fengchen detrás de su escritorio le indicaba que no solo él estaba acostumbrado a esto, sino que eran como una familia. Una familia de tres personas dentro de una burbuja invisible que envolvía toda la oficina del presidente con Su Qinying afuera sola. Un espacio que ella solo podía mirar pero no penetrar.

Fue entonces cuando Su Qingyin se dio cuenta de que las cosas estaban mucho más fuera de su control.

Ella apretó los puños con fuerza mientras se daba la vuelta, saliendo de la oficina del presidente con cada paso emanando de celos y descontento.

Se dirigió directamente al baño de mujeres y se paró frente a un espejo, su rostro ahora luciendo lleno de rabia y odio desenfrenado.