Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! romance Capítulo 167

Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! Capítulo 167 por Internet

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Capítulo 167

El color claro de sus ojos se tornó más oscuro.

Recordó al instante aquel beso en plena madrugada, cuando el deseo era imposible de disipar.

Se le vino a la mente esa sedosidad y ternura, más dulce y deliciosa que un pastel de fresa, una adicción de la que no podía desprenderse tras haberla probado una vez.

Se inclinó lentamente, los labios a punto de rozar esa tersura sonrosada... pero de golpe se detuvo.

La razón era arrastrada por el deseo: quería alejarse, pero también rendirse a sus pies por completo...

El tiempo y el aire parecían haberse congelado.

Tironeado de un lado a otro.

Nadie sabía con exactitud cuánto tiempo había pasado. Finalmente, suspiró, se retiró y volvió a sentarse, aflojándose la corbata y bebiéndose de un solo trago el vaso grande de agua helada que tenía sobre la mesa.

En la parte de atrás.

Viviana dormía como una muñeca de utilería.

Incluso el ángulo en que su cabeza se ladeaba parecía ser artificial, como si alguien lo hubiese forzado de forma intencional.

Un minuto después, la "muñeca" movió apenas los dedos.

Diez minutos más tarde, la "muñeca" se cubrió con la manta a la velocidad del rayo, envolviéndose entera como una verdadera momia.

El corazón le latió desbocado durante al menos diez minutos, con ese eco lento y persistente retumbándole en el pecho, como si, aparte de respirar, todo su cuerpo flotara liviano y lo único que le quedara fuera el corazón.

Tenía sueño y al mismo tiempo no.

Por dentro, estaba llorando de impotencia... ¡Y él allá, tan tranquilo, atrapado en su dilema! ¿Pensó acaso que había una persona viva debajo de él? ¿Se le ocurrió que tal vez ella en cualquier momento podía despertar? ¡Ella no era ninguna Bella Durmiente, tampoco necesitaba que la besaran para abrir los ojos!

¡Por poco abría los ojos y le exigía que acabara con eso de una buena vez por todas!

¡No era justo que la torturara así!

Cuando por fin se calmó, volvió a angustiarse.

¿Quién podría decirle cuánto tiempo tardaría en desaparecer por completo el efecto de esa maldita droga en su cuerpo y su mente?

...

El avión aterrizó en Altoviento.

Viviana fingió que acababa de despertarse.

Aunque el cansancio y un leve aire de agotamiento la hacían parecer algo devastada... así lucían las personas justo antes de enloquecer.

David la miró de reojo.—¿Dormiste bien?

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