Castigado por su amor romance Capítulo 1015

Con voz temblorosa, ella se esforzó por mantener la compostura y no dejarse llevar por las lágrimas. "Yvonne, solo ve a trabajar y no te preocupes por nada. Estaré bien después de descansar...".

Cuanto más la escuchaba Yvonne, más sentía que algo estaba mal en el tono de Sabrina.

Se sintió aún más confundida. "Sabrina, ¿estás llorando…?".

Justamente en ese momento, una anciana, que llevaba una cesta para comprar productos frescos, pasó al lado de Sabrina. La anciana se puso en cuclillas frente a Sabrina y le preguntó con preocupación: "Jovencita, dime, ¿por qué lloras? ¿Tienes alguna dificultad? Háblame, tal vez pueda ayudarte".

Sabrina rompió a llorar.

"¡Sabrina! ¿Qué pasa? No estás resfriada, ¿cierto? ¿Qué te pasó? Dime rápido. ¿Intentas hacer que me preocupe?", preguntó Yvonne con preocupación al otro lado de la línea.

Sabrina no pudo contenerse más.

De inmediato tuvo que gritar: "¡Yvonne! ¡Quieren mi riñón! ¡Son todos unos d*sgraciados! ¡Son todos unos b*stardos! ¡Todos son unos b*stardos! ¡D*sgraciados! ¡Los maldigo!".

Yvonne se quedó sin palabras.

Solo entonces se dio cuenta de la gravedad del asunto.

¿Qué clase de persona era Sabrina?

Durante todo este tiempo, Sabrina fue el pilar de Yvonne y Ruth.

Rara vez se enfadaba, rara vez actuaba por impulso y rara vez había momentos en los que era vulnerable.

Sin embargo, en este momento, estaba llorando como una niña pequeña.

"Sabrina, no llores. Dime exactamente qué pasó. ¿Qué te pasó, Sabrina? Dime rápido. No llores...".

"Lincoln Lynn... Finalmente admitió que soy su hija biológica, pero solo lo ha hecho porque quiere mi riñón para el estúpido trasplante de su hija. Su hija y la de Jade, Selene, tiene uremia, y solo le queda un mes de vida. Lincoln quería darle mi riñón a Selene".

"M*ldito... Hijo de p*ta...". Todas las palabras vulgares salieron cuando Yvonne habló.

Ruth guardó al instante todo el trabajo que tenía a mano. Luego, fue junto con Yvonne a la casa de Sebastian.

Para ese momento, ya había llorado lo suficiente fuera de su vecindario. Justo al llegar a casa, la Tía Lewis vio el aspecto de Sabrina. Estaba tan asustada que llamó inmediatamente al Amo Sebastian: "Amo Sebastian, ¿qué le pasó a la Señora?".

Al otro lado de la línea, Sebastian le dijo tranquilamente: "Prepara un poco de sopa de fresa fría para ella. Déjala llorar. Se sentirá un poco mejor después de hacerlo".

La Tía Lewis asintió y dijo: "De acuerdo, Amo Sebastian".

Al ver el aspecto distraído y ansioso de Sabrina, la Tía Lewis se sintió muy mal en su corazón. Ayudó cuidadosamente a Sabrina a entrar a su habitación y le preparó un poco de agua para que se lavara la cara.

Justo en ese momento, sonó el timbre de la puerta.

La Tía Lewis salió inmediatamente.

Abrió la puerta y se quedó atónita. "¿Usted es…?".