Castigado por su amor romance Capítulo 1017

Sin embargo, la Tía Lewis conocía muy bien a Sabrina.

La Señora era una buena persona

Mientras la Señora se encontraba inconsolable, la Tía Lewis no quería que estas personas la molestaran.

Para los que no lo entendían, se consideraba como una especie de protección para la Señora.

Sean suspiró. "Dile a Sabrina que si todavía quiere entrar por la puerta delantera de los Ford, ¡debe convencer a mi hijo lo antes posible, y que su familia de tres haga una visita a la antigua residencia!".

La Tía Lewis se quedó sin palabras.

"Después de un viaje a Isla Estrella, ¿no deberían regresar a casa y hablar de cómo es la situación ahí?".

La Tía Lewis dijo: "De acuerdo, Amo Ford, lo entiendo".

Sean no volvió a hablar con la Tía Lewis, pero se quedó mirando a Frost. "¡Frost, vámonos!".

Entonces, Frost siguió a Sean dentro del coche para marcharse.

Por su parte, la Tía Lewis dejó escapar un suspiro de alivio.

Tenía que volver a ver cómo estaba la Señora, ya que hoy el espíritu de la Señora parecía particularmente roto.

‘¿Qué clase de obstáculos se topó la señora hoy exactamente?’.

Justo cuando la Tía Lewis estaba a punto de subir, la seguridad del vecindario la llamó de nuevo. "Tía Lewis, Tía Lewis".

La Tía Lewis volvió la cabeza y vio a dos chicas jóvenes que seguían al portero.

"Tía Lewis, estas dos señoras dicen que son invitadas de su casa", dijo el portero.

La Tía Lewis ya conocía a Yvonne y a Ruth.

Yvonne preguntó con urgencia: "Tía Lewis, ¿qué pasa con Sabrina? ¿Qué le sucedió?".

La Tía Lewis suspiró y dijo: "El Amo Ford acaba de irse. Vino a confrontar y condenarla, pero no lo dejé entrar en la casa. Entonces, se fue. La Señora...".

Cuando la Tía Lewis pensó en el aspecto de Sabrina, tuvo que limpiarse una lágrima.

No dijo nada y se limitó a llevar a Yvonne y a Ruth arriba con ella.

Para cuando llegaron donde Sabrina, ya se había quedado dormida.