Castigado por su amor romance Capítulo 1142

¿Dónde estaba Jane? Alex no podía decirlo. Colgó la llamada sin responder a Sabrina.

Sabrina replicó con fuerza: "¡Hola! ¡Hola! ¡Idiota! Siempre pensé que eras un buen hombre, uno prudente…”.

Sabrina siguió gritando, aun sabiendo que él ya había colgado el teléfono. Sebastian le quitó el teléfono. “Dale tiempo para recuperar la sobriedad. Le preguntaré nuevamente cuando se encuentre mejor”.

Sabrina suspiró. "Bueno, eso es todo lo que podemos hacer". Con eso, todos subieron al coche y se fueron de la casa de verano de Alex.

Alex se quedó de pie en el balcón para observarlos mientras se iban. Al salir del balcón, se dirigió a la habitación de Lily Parker.

Lily nunca pensó que Alex entraría, así que no se molestó en cerrar la puerta. Al verlo entrar en su habitación, su rostro se sonrojó, pero ni siquiera se notaba que estaba sonrojada a este punto. Su rostro tenía un desagradable color marrón oscuro parecido a un pedazo de hígado de cerdo gracias la paliza que había sufrido a manos de Aino, Ruth e Yvonne.

Lily se cubrió el rostro con las palmas de sus manos. "¡No, no entres, no quiero que me veas así!".

Alex se burló en su interior. Él ya la había visto, aunque ella no quisiera. ¡La mujer frente a él se veía muy mal! Especialmente sus dos anchas fosas nasales. Habían reducido mucho su tamaño en comparación a media hora antes. Tenía la nariz tan hinchada y magullada, que la fosa nasal derecha realmente parecía una trompeta, tan horrible como cualquiera pudiera imaginar.

Alex recordó a Jane en ese momento. Ella nunca se involucraría en una pelea física con alguien. A pesar de que la golpearon hasta casi provocarle la muerte unos años atrás, era capaz de proteger su rostro de las lesiones. Al comparar a las dos mujeres, cuanto más miraba a Lily, más disgustado se sentía Alex.

Alex no respondió ni se dio la vuelta tampoco.

“Alex, vuelve, he dicho que vuelvas… ¡Alex Poole!”. Lily se mordió el labio con tanta fuerza que rompió su piel.

Alex salió del patio y entró en el garaje. No le importó estar borracho y encendió el motor, marchándose de inmediato. No se dirigía a la casa club que él y Sebastian frecuentaban a menudo.

No quería que Sebastian lo encontrara de nuevo.