Castigado por su amor romance Capítulo 1190

Escuchar la voz de Jane hizo a Sabrina más feliz que ver el conjunto de muebles que había costado dieciocho millones. Ella derramó lágrimas de alegría mientras decía emocionada: “Jane, ¿dónde…?”.

Estaba a punto de lanzar la pregunta de dónde estaba Jane, cuando recordó lo que Alex acababa de decirle. Alex realmente conocía a Jane muy bien. Aunque Jane ya tenía más de treinta años, seguía siendo ingenua. Ella era incapaz de sobrevivir por su cuenta y Alex tenía razón cuando le dijo que Jane llamaría para pedir dinero prestado.

Por lo tanto, ella procedió a preguntar: “Jane, ¿cuánto necesitas? ¿Tal vez podría prestarte algo?”.

Mientras Sabrina conversaba con Jane, Alex ya se había puesto en contacto con su subordinado para comenzar a rastrear el número con el que Jane estaba llamando a Sabrina.

Por otro lado, Jane, Noah y la madre de Noah todavía estaban de camino a su ciudad natal en dirección noreste, y se habían encontrado con varios obstáculos. Primero, a la madre de Noah le dio fiebre. Habían estado viajando en el autobús público más económico que había, pero debido a la repentina fiebre de la madre de Noah, tuvieron que bajarse a mitad de su viaje y dirigirse a un pueblo local para recibir asistencia médica.

Una vez que su condición comenzó a mejorar, la madre de Noah se negó a continuar con el tratamiento intravenoso, ya que tenían poco dinero disponible para pagarlo. El hecho de que fueran tres adultos significaba que, aunque quisieran pedir limosna en la calle, nadie tendría piedad de ellos.

Sin otra opción, Noah cargó a su madre sobre su espalda y los tres caminaron por la carretera, con la esperanza de conseguir un aventón. Por suerte para ellos, de alguna manera lograron conseguir un aventón de aproximadamente trescientos kilómetros, pero tan pronto como se bajaron del coche, Jane comenzó a vomitar. Al principio, pensaron que podría estar mareada por el viaje en coche, pero después de tres días de ir y venir entre moverse y descansar, su estado seguía siendo igual de malo.

“¿Qué pasa?”, preguntó él.

“Yo…”. Ella se debatió mientras estaba llena de vergüenza. “Yo… estoy embarazada”.

Noah fue tomado por sorpresa al escuchar la noticia.