Castigado por su amor romance Capítulo 1209

Sabrina se quedó sin palabras.

'En serio no puede distinguir entre relaciones cercanas y distantes'.

'¡Ja, ja, ja!'.

En ese momento, a Sabrina le pareció graciosa la actitud que tenía su hombre.

Su estado de ánimo, que estaba sombrío debido a la llamada de Alex que recibió antes, finalmente mejoró mucho.

Ella sintió que era muy afortunada.

Afortunadamente, su hombre no era Alex. Si ella hubiera estado con Sebastian desde el principio y hubiera tenido una relación de casi siete años, él no le permitiría abortar al niño, y mucho menos la echaría.

"Sebastian", lo llamó Sabrina.

"¿Mmm?", respondió el hombre.

"¡Te quiero!", le dijo en broma sin previo aviso.

Sebastian estaba estupefacto..

Una vez más recordó los días seis años atrás cuando ella vivía en su casa y cuidaba a su madre antes de que falleciera. A pesar de lo difícil que había sido la situación, Sabrina conservaba algunos dulces recuerdos.

La expresión del hombre cambió un poco, y dijo muy incómodo: “¡Entra a preparar los ravioles! ¡De lo contrario, almorzaremos muy tarde!”.

Después de decir eso, el hombre entró a la casa.

Sabrina se quedó sin palabras.

Ella se sorprendió al descubrir algo de repente. ¿Estaba su hombre sonrojado en ese momento?

'¡Sebastian!'.

'¿En serio hay momentos en los que él puede sonrojarse y sentirse incómodo?’.

'¡Ja, ja, ja!'.

Sabrina negó con la cabeza. Entonces siguió a Sebastian a la casa mientras se reía sola.

El coche que estaba estacionado lejos, al final de la loma y bajo el gran árbol, aún no se había ido.

El Viejo Amo Shaw, quien estaba en el coche, seguía secándose las lágrimas.

Las risas en la casa de campo seguían resonando en sus oídos.

El anciano podía escuchar claramente los ruidos animados dentro de la casa.

Su hija, sus nietos y su bisnieta.

¡Todos eran su familia!

Sin embargo, justo cuando el Viejo Amo Shaw estaba a solo un paso de entrar, se acobardó.

No se atrevió a entrar.

Tenía miedo de ver la expresión de su hija tan fría como el hielo.

Tenía miedo de la cortesía y la calma distantes de su nieta.

El Viejo Amo Shaw le dijo muy abatido a su guardaespaldas, que en ese momento también era el conductor: "Regresemos".

El conductor asintió sombríamente. "Sí, Viejo Amo Shaw".

El coche se alejó poco a poco y el sonido de la risa dentro de la casa continuó sonando.

Como muchas personas intervinieron, los ravioles se prepararon muy rápido. En poco tiempo, habían hecho tantos que eran demasiados para cocinar en el interior.

Entonces Gloria tomó los ravioles y pensó en ir a la cocina de afuera para cocinarlos en la estufa de leña.

Tan pronto como salió por la puerta, quedó sorprendida. "Tú... ¿Por qué estás aquí?".