Castigado por su amor romance Capítulo 1235

Ellos continuaron siendo malos y burlándose de Sebastian.

"Oye, Sebastian, tu gran reputación de ser moderado, distante y decisivo está arruinada".

"Sebastian, ¿por qué siento tanta lástima por ti ahora?".

Sabrina estaba sin palabras. Ella quería regañarlos. 'Ustedes tres, deténganse. Además, Alex, te pedí que encontraras a Jane, así que ¿por qué estás tan tranquilo ahora?”.

Sin embargo, Sabrina no dijo nada. Solo permaneció sentada obedientemente al lado de Sebastian. Él parecía más tranquilo. El hombre siempre había sido una persona con pensamientos muy profundos y era muy tranquilo y confiable. Probablemente su corazón ya estaba agitado, pero no lo demostraría en su rostro.

No solo eso, sino que Sebastian preguntó casualmente: "¿Sienten lástima por mí ahora?".

Kelvin y Martin asintieron al unísono.

"Solo un poco". Kelvin molestó a Sebastian.

"Dame la participación del cincuenta y uno por ciento a tu nombre, entonces ya no sentirás lástima por mí", dijo Sebastian en voz baja.

Kelvin parpadeó hacia él.

“Tú también, Martin. Dame tu terreno en el noroeste con más de unas diez mil hectáreas. Quiero construir un lago artificial”.

'¡Pff! ¡Este hombre! Se merece que su hermano gemelo menor viniera a enfrentarlo. Es dueño de un grupo de compañías tan poderoso, se apoderó de Isla Estrella y también tiene una esposa y una hija encantadoras. ¿Qué más quiere?’.

Entonces los dos hermanos de sangre se voltearon para consolar a Alex.

“Alex, bueno, si aún necesitas gente para buscar a Jane, puedo dejarte algunos de mis hombres”, dijo Kelvin.

Aino le dijo a Sebastian con mucha simpatía: “Papá, deberías ser más generoso. No eres tan joven, ni guapo ni tan amable como mi madre. Entonces, por supuesto, no eres tan atractivo como ella”.

Sabrina se quedó sin palabras. 'Pequeñita, ¿por qué causas problemas?'.

Aino continuó: “Además, si mi madre tiene tantos hombres tras de ella, eso también demuestra que tienes buen gusto. Déjalo pasar, Papá, sé un poco generoso. Te daré mi mejor y más grande Oso Tonto cuando lleguemos a casa”.

Sabrina hizo una mueca, pero su hija divagó todo el camino de regreso mientras Sebastian se mantenía en silencio. Afortunadamente Kingston no conducía hoy. De lo contrario, si estuviera sentado al frente, se habría echado a reír.

Sebastian no dijo mucho incluso después de llegar a casa y terminar la cena.

Por la noche, Sabrina tenía pensado consolar a Sebastian. Sin embargo, justo cuando llegó al dormitorio, el hombre se volteó, y ella quedó atrapada debajo de él.

“¡Mujer, solo puedes amarme a mí en esta vida!”. El tono dominante de Sebastian era infantil.