Castigado por su amor romance Capítulo 1284

“¿Quién… quién eres tú? Director Ford, Director Ford, ¡¿qué está pasando?! ¡Ah…!”. Lori sufría un dolor insoportable por los tirones de pelo que le daban y ni siquiera tuvo tiempo de averiguar quién lo estaba haciendo. Solo podía fingir estar tranquila y resistir. “¿Quién eres tú? ¿Cómo puedes ser tan imprudente? Tú… Director Ford…”.

Sabrina apretó el cabello de Lori y, como sus tacones eran demasiado altos para caminar con facilidad, se adelantó y los pateó fuera de la puerta de la oficina de Sebastian. Aun así, Sabrina descalza seguía siendo un poco más alta que Lori. Por lo tanto, cuando agarró el cabello de Lori y la arrastró hacia afuera, Lori no pudo resistirse y simplemente podía pensar en una forma de rogar por la misericordia de Sabrina mientras estaba sufriendo. Así de fácil, Sabrina continuaba arrastrándola afuera.

“¡Mujer, no suelo venir a la oficina de mi esposo porque no tengo una razón para hacerlo! Pero hoy, me diste la oportunidad perfecta para hacer una escena. ¡Voy a arrastrarte hasta la puerta de la oficina de mi esposo! ¡Quiero que todos vean lo que pasa cuando irrumpes en la oficina de mi esposo!”, dijo Sabrina con absoluta compostura mientras arrastraba a Lori.

“Es un malentendido, Señora Ford. Debes ser la Señora Ford, ¿verdad? Has entendido mal, vine aquí hoy solo para…”.

Antes de que pudiera terminar, Sabrina levantó la mano y la abofeteó ferozmente en la cara. Una clara huella de la palma de una mano apareció instantáneamente en la mejilla de Lori.

“…”. Antes de que Lori pudiera responder, Sabrina continuó arrastrándola por el cabello.

El agarre de Sabrina era fuerte. Su expresión era tranquila, pero su acción no dejaba lugar a dudas. Había decenas de miles de empleados en todo el Grupo Ford y, cuando escucharon a gente peleando, los empleados no pudieron evitar que su curiosidad saliera a echar un vistazo. Una vez que vieron lo que estaba sucediendo, todos se sorprendieron. Este era el Grupo Ford, la mayor operación corporativa de toda Ciudad del Sur. Nunca habían visto nada tan ridículo aquí, y mucho menos fuera de la oficina del director. El todopoderoso director del Grupo Ford, Sebastian Ford, el mismo hombre que infundía miedo en los corazones de todos los habitantes de Ciudad del Sur, nunca toleraría que algo así sucediera en su compañía.