Castigado por su amor romance Capítulo 1285

“Está bien, no lo admitirás”. Sabrina se burló y continuó, “¡Lori Gibson! Encontraste el jardín de infancia de mi hija, inscribiste a la tuya y te pusiste en contacto conmigo antes de tiempo. Planeaste y estableciste tu fachada fría y distante frente a mí para que me dejaras una buena impresión porque crees que me gusta el tipo solitario y genial como tú, ¿no es así?”.

“¿De qué… De qué estás hablando? ¡No entiendo nada de lo que dices! ¡Por favor, déjame ir! ¡Tu acción va a afectar la imagen del Director Ford en la compañía! ¡Por favor, suéltame! ¡Estás actuando como una loca!”.

Sabrina se burló: “¡No estás en posición para llamarme loca! ¡Lori, tu plan es simplemente una broma!”.

Sabrina ya había arrastrado a Lori hasta el pasillo frente a la recepción en ese momento. La empleada de antes, quien estaba esperando el drama, no había pensado que fuera a suceder tan pronto y estaba boquiabierta ante la escena.

Sabrina la arrojó a un lado y Lori inmediatamente tropezó y cayó al suelo. Lori llevaba una falda ajustada extremadamente corta y, debido a la fuerza con la que Sabrina la arrojó al suelo, su falda se rasgó con un sonido de chasquido.

“…”. Lori miró a Sabrina con lágrimas en los ojos.

Sabrina mantuvo la compostura, sin miradas fijas ni gritos innecesarios. La Sabrina que todos estaban viendo ahora era precisamente el carácter frío y distante que Lori había establecido para sí misma. Además de eso, ella era increíblemente segura de sí misma. No se parecía en nada a su yo habitual, quien miraba a Lori con una sonrisa amistosa y con una leve admiración perdurable en sus ojos.

“Director Ford, vine aquí para hablar de una cooperación empresarial. Tienes que hablar con tu esposa sobre esto, Director Ford. Ella ni siquiera se detuvo a preguntar antes de arrastrarme fuera de su oficina, casi me arranca el cabello. Ella no puede intimidarme así, ¿verdad, Director Ford?”. Lori miró a Sebastian patéticamente con los ojos llenos de lágrimas.

Sebastian miró a Lori y se volteó para mirar a Sabrina. La expresión de Sabrina seguía tan tranquila como siempre. Él bajó la mirada desde su rostro hasta que llegó a sus pies. Sus pies eran de piel pálida, largos y de hermosa forma. A menudo le había lavado los pies por la noche antes de que se fueran a descansar, pero nunca se había dado cuenta de lo hermosos que eran.

Su expresión de repente se volvió más amable mientras se agachaba lentamente y le presentaba a Sabrina el par de tacones que sostenía. “Levanta los pies”, dijo, mientras miraba a su esposa con una expresión amable.