Castigado por su amor romance Capítulo 1286

“…”. Lori se quedó boquiabierta al verlo. Sus ojos se abrieron hasta el punto de que parecía que se saldrían de sus órbitas en cualquier momento. En ese momento, incluso se olvidó del hecho de que todavía estaba sentada en el suelo con una gran posibilidad de que lo que estaba dentro de su falda estuviera expuesto.

Todos los empleados del Grupo Ford también se quedaron boquiabiertos ante lo que veían. Mientras tanto, Sebastian no se avergonzó en absoluto de la atención mientras se agachaba para colocar los tacones que llevaba en la mano frente a Sabrina. Él inclinó su hombro hacia Sabrina y dijo: “Pon tu mano en mi hombro”.

Sabrina obedeció e hizo lo que dijo.

“Solo mírate, ¿por qué usas tacones tan altos cuando sabes que vienes a pelear con otra mujer? ¿No te estás haciendo sufrir? Por suerte no eres estúpida y supiste quitártelos antes de tirar de su cabello”, dijo Sebastian perezosamente mientras le ponía los tacones a Sabrina.

“…”. Todos, incluidos los empleados del Grupo Ford y Lori, se quedaron sin palabras. Sabían que el Director Ford era un hombre muy exigente. Era algo que había admitido en la página oficial del Grupo Ford; sabían que mimaba a su esposa, pero nunca habían visto con sus propios ojos cómo la mimaba su abstinente Director Ford. Finalmente, todos los empleados del Grupo Ford habían tenido la oportunidad de verlo por sí mismos ese día, especialmente las mujeres que trabajaban allí.

Algunas de ellas todavía fantaseaban con Sebastian y seguían buscando oportunidades para acercarse a él. Sin embargo, una vez que presenciaron lo feroz que era la Señora Directora y lo mucho que el Director mimaba a su feroz esposa, todas las mujeres que habían pensado en conspirar para estar con Sebastian vieron sus intenciones cortadas de raíz.

Sebastian ayudó lentamente a Sabrina a ponerse los tacones y se levantó despacio antes de tomar a Sabrina en sus brazos y tranquilamente anunció a todos los empleados en el pasillo: “Esta es mi jefa de toda la vida, la Señora Directora del Grupo Ford”.

“…”. Lori estaba sentada en el suelo mientras las lágrimas comenzaron a caer por su rostro por la humillación. “Tú… ¿Así es como tu compañía trata a sus clientes? ¿Qué… Qué le hice a tu Señora Directora para que me tratara así?”.

Ella trató histéricamente de exponer su caso. En ese momento, Kingston se abrió paso entre la multitud y se acercó a Lori. Colocó un pequeño disco de almacenamiento frente a ella antes de decir con un tono tranquilo pero disgustado: “Señora Gibson, estas son las imágenes de vigilancia de la oficina del Director. ¿Deberíamos reproducir esto aquí mismo en el pasillo?”.

“…”.