Castigado por su amor romance Capítulo 1563

"Aunque el Amo Alex te perdone, yo no podría dejar ir a una mujer como tú, porque nos has avergonzado a nosotras como mujeres".

Aunque Alex estaba sorprendido por las palabras despiadadas, Jane no respondió. Durante las dos noches y un día que había pasado en la mansión de Huron, sufrió las torturas de las seis mujeres que le pertenecían a Huron y, en muchos sentidos, eran más creativas que él cuando se trataba de torturarla. Ellas la hicieron arrodillarse en el suelo para masajearles las piernas. También le pellizcaron y retorcieron los brazos. La mayor, Orla Parkinson, era la peor de todas. Anteayer, tomó unas tenazas afiladas y las apretó contra la pierna rota de Jane cuando nadie estaba pendiente durante el día.

El dolor fue tan insoportable que Jane cayó al suelo llorando, pero Orla le pisó el cabello y dijo: "Mujer, mi hombre y Cindy han ordenado que te mantengan con vida e ilesa porque tu cuerpo debe ser preservado para que el Señor Poole te corte pieza por pieza. Sin embargo, no creo que el Señor Poole tenga tiempo de cortar la carne de la pierna de una mujer tan promiscua como tú, ¿verdad? ¿Qué tiene una mujer como tú para acostarse con el Señor Poole, y además durante diez años? ¡Incluso darás a luz a su hijo! ¡¿Por qué?! ¿Qué hay de bueno en ti? No eres siquiera comparable con mi excelencia, ¿entiendes? Solía ser una excelente estudiante graduada de una universidad especializada en lenguas internacionales, yo solía hablar idiomas extranjeros con fluidez, ¡¿pero cómo pude terminar siendo abandonada por un chico pobre, cuando una mujer como tú estuvo al lado del Señor Poole durante casi diez años?! ¡Te odio! Cuando el Señor Poole llegue, observaré cómo te corta en pedazos. ¡Oh, pero no sin que antes veas como me lo c*jo!”.

Los celos dominantes de Orla la afectaron de la manera más pervertida. Siguió hasta que el interior del muslo de Jane quedó cubierto de sangre. Esa noche, Jane tuvo tanto dolor que no pudo conciliar el sueño, pero aun así, no se resistió. Sabía que todos, incluidos Orla, Cindy y Huron, tenían la aprobación de Alex. Sin su aprobación, ninguno de ellos se habría atrevido a golpearla; por eso, sin importar cuántas veces Orla la abofeteara, la pateara o le pidiera que se arrodillara, Jane permaneció paralizada.

Jane miró a Alex con una expresión perdida y entumecida. "Hazlo ya, si quieres cortarme en pedazos, pero por consideración de los siete u ocho años que pasé contigo, deja ir a la madre de Noah. Él fue asesinado por todos ustedes. ¿Qué peor suerte él puede tener, para tener que pagar con su propia vida por salvar y cuidar a una mujer embarazada como yo? El Alex que conozco no quita la vida de inocentes. Acepto ser cortada en pedazos por ti porque ya no quiero vivir. Solo me resta rogarte para que dejes ir a la madre de Noah. ¡Por favor!".

Jane suplicó con voz ronca mientras miraba a Alex con los ojos secos. No había una lágrima en sus ojos, y no había el menor signo de emoción en su voz.

Su descaro provocó a Orla y Cindy. Orla tiró de la oreja de Jane con incredulidad y gritó: "No estás en lugar de hablar frente al Señor Poole".

De pie, casi tirada en el suelo por Orla, Jane se vio obligada a arrodillarse a medio camino con las manos sosteniendo su vientre embarazado. Levantó la mirada para encontrarse con los ojos de Alex y dijo: "Alex… mátame".

Sorprendida, Orla soltó a Jane abruptamente y titubeó: "¿Cómo te atreves a llamar al Señor Poole por su nombre?".