Castigado por su amor romance Capítulo 1948

Aino se inclinó hacia los brazos de su padre y lo miró con ojos expectantes. “Papá…”.

Estaba solo a la mitad de sus palabras cuando fue interrumpida por Sebastian. “¡Sí! ¡Ciertamente podemos recuperar a tu madre! ¿Quién crees que es tu madre?”.

Al pensar eso, una luz suave apareció en la mirada de Sebastian. “Tu madre parecía callada, muy delicada y débil, y raramente discutía con otros porque ella no era nada violenta. De hecho, tu madre es una de las personas más difíciles con quien meterse. Piensalo, soy tan capaz, pero al final, ¿acaso ella no me tenía comiendo de su mano? En ese entonces, para que no los encontrara, tu madre contigo y tu tío habían estado huyendo por seis años completos. Por seis años, ella fue una mujer quien nunca pensó en bajar la guardia y nunca pensó en morir. ¿Pero ahora?”.

Aino alzó su cabeza para mirar a Sebastian. “Papá, ¿es la situación ahora… mejor que hace seis años?”.

“Está peor que eso”, dijo Sebastian.

“Entonces, ¿mamá no…?”.

“Tu mamá no va a morir”, dijo Sebastian tan pronto abrió la boca.

Hizo una pausa. “Tu mamá solo tenía una hija en ese entonces, tú. Sin embargo, ahora ella tiene dos hijos, y además, también tiene a tu abuela. Si ella muere, ¿qué le pasará a ti, a tu hermano, y a tu abuela? Tu madre estaría considerando esto. Por lo tanto, aún si las circunstancias no lo permiten, ella hará todo lo posible para mantenerse viva. ¡Tu madre nunca ha sido el tipo de persona que se mataría a sí misma!”.

Aino asintió firmemente. “¡Mmmm! ¡Mi mamá ciertamente estará bien! Pero papá, tenemos que salvarla lo antes posible”.

“¡Lo antes posible!”, dijo Sebastian.

“¡Ja, ja!”. Aino se puso nerviosa cuando pensó en eso.

En ese momento, se olvidaron del dolor de perder una madre y una esposa. Después de terminar de reírse, Aino se sintió mal por su padre de nuevo. “Papá, has fingido estar borracho estos últimos dos días, así que debiste haber bebido mucho. Mamá no está contigo, y yo tampoco he estado contigo estos dos días. ¿Cuánto realmente bebiste, papá?”.

Sebastian miró a ésta niña-adulta y sonrió. “Tengo pastillas para la resaca”.

Él era un hombre que podía aguantar el alcohol. Antes cuando tenía veinte años y estaba compitiendo con otros en el extranjero, él solo podía beber más que diez hombres en una mesa aún con bebidas fuertes. Luego, después de hacerse cargo del Grupo Ford, Sebastian raramente tocaba el alcohol. Después de todo, cuando se trataba del alcohol, aunque no se emborrachaba fácilmente, el alcohol seguía siendo algo que podía llevarlo a cometer errores.