Castigado por su amor romance Capítulo 341

Este lugar de trabajo parecía tener un grupo de miembros de la élite.

Sin embargo, sin siquiera darse vuelta para mirar a Ruth, Sabrina le dijo a Yvonne tranquilamente: “Está bien”.

Al fin y al cabo, ella solo era una persona que había sido capturada por Sebastian y había vivido cada día sabiendo perfectamente que podía ser el último.

Una persona como ella, que no tenía nada que perder, no tenía motivos para temer a la gente con poder.

No le importaba en absoluto.

Sin embargo, cuando Yvonne vio la reacción de Sabrina, se quedó sin palabras.

Ruth, claramente furiosa, gruñó: “¡Tú, levántate ya!”.

Ella había gritado tan alto y agudo que la gente de alrededor empezó a dirigir su atención hacia la mesa. Incluso los que estaban comiendo y empaquetando la comida dejaron lo que estaban haciendo y mantuvieron sus ojos fijos en Sabrina.

Entre ellos estaba Linda, la diseñadora arquitectónica a la que el director había ordenado ocuparse de Sabrina durante una semana.

“¡Bah! Qué problemática. Ya está causando problemas en su primer día de trabajo. Además, hizo enojar a la 'realeza' de esta empresa. Definitivamente es mala suerte para mí tener que ser la mentora de esta perdedora”, dijo Linda a sus colegas de forma despectiva.

“¿Qué, tienes una nueva aprendiz?”, preguntó su colega.

Linda respondió en tono burlón: “Ya estoy muy preocupada. Mira cómo se viste. Es anticuada, conservadora. Puedes notar con una mirada que ha venido de alguna esquina de un condado remoto. No esperaba que el director y el departamento de recursos humanos fueran tan ciegos. ¿Cómo pudieron contratar a una mujer con un sentido de la moda tan terrible para el departamento de diseño?”.

“Aunque me dieran diez años para ser su mentora, no habría manera de que pueda mejorar a una persona como ella”.

“Ella solo desperdiciará mi esfuerzo y retrasará mi trabajo”.

“Sin embargo, esto está bien. Supongo que tendrá que recoger sus pertenencias y marcharse hoy después del revuelo causado por la Señorita Ruth".

Justo cuando Linda decía eso, la voz de Ruth se había vuelto aún más fuerte. “¡Descarada rompehogares! ¿No escuchaste lo que dije? ¡Levántate!”.