Castigado por su amor romance Capítulo 372

Sabrina se dio la vuelta. Era Ryan.

“Amo… Amo Ryan, ehm, ¿Director Poole?”. Sabrina se dirigió a él instintivamente: “¿Por qué está aquí?”.

Ryan levantó las cejas. “Este es el proyecto de nuestra empresa. ¿Por qué estás aquí en nombre de nuestra empresa? ¿Te envió el departamento de diseño?”.

Sabrina respondió: “Lo siento, pero renuncié. Vine hoy a solicitar un puesto de trabajo y ocurrió este problema. Yo... puedo ayudarlo a resolver el problema”.

Ryan no pudo evitar mirarla de pies a cabeza. “Tú…”.

Sabrina asintió. “Sí”.

Ryan se dirigió inmediatamente a los técnicos. “Muy bien, dejemos que esta linda chica intente contarnos su plan”.

Con eso, recorrió su mirada por encima de ella de forma crítica. Había pasado una semana desde la última vez que la vio.

Se veía mucho mejor que la última vez, brillaba desde dentro, como si hubiera absorbido todos los nutrientes que necesitaba. Un saludable rubor rosado cubría su piel como la de un bebé. No llevaba maquillaje, y su ropa era sencilla, pero de alguna manera, se veía más hermosa que nunca.

Además, dijo que podía solucionar este asunto.

Para entonces, Sabrina ya se había puesto un casco. Bajó a los cimientos a medio terminar, se arrodilló y dibujó en el suelo con un palo. “Primero, hay que cavar un poco de tierra por ambos lados, mantener el margen pequeño y apretado, siempre y cuando sea lo suficientemente ancho como para insertar dos pilares de cemento”.

“Después, hay que rellenar el agujero excavado con pilares de cemento, levantarlos de ambos lados, de modo que la parte superior pueda fijarse, y luego colocarse una viga enfrente. Fijar la viga, y luego pasar las barras de acero a través de la viga superior y atarlas al suelo. De este modo, se puede resolver el problema de los cimientos suspendidos”.

Esta explicación dejó atónitos a los técnicos presentes. Estuvieron de acuerdo en que esto compensaría definitivamente los defectos originales. Y les ahorraría muchos problemas. De lo contrario, la mitad de los cimientos ya se habían colocado, no podían volver a empezar.