Castigado por su amor romance Capítulo 384

“¿Qué pasa?”. Sabrina estaba confundida del por qué Yvonne parecía sorprendida por lo que había dicho.

“Nada, Sabrina”. Yvonne sacudió la cabeza con una sonrisa. “Fuiste la única que se enfrentó a Ruth Poole, y la primera que rechazó al Amo Ryan. De hecho, es la primera vez que el Amo Ryan invita a alguien de la oficina a cenar, ¿sabes? ¿Quién iba a pensar que sería rechazado? Sabrina, pareces una chica tan agradable, no pensé que lo fueras”.

Yvonne supo desde el primer momento en que conoció a Sabrina que se convertirían en amigas íntimas. Admiraba la inocencia de Sabrina y el hecho de que se mantuviera al margen sin hablar demasiado.

Casualmente, Sabrina compartía los mismos sentimientos hacia Yvonne. Ella no tenía amigos y desde el día en que salió de la cárcel, hace seis años, había estado atrapada en un mundo de dramas y puñaladas por la espalda. Nunca había conocido a nadie que se abriera a ella como lo hizo Yvonne, por lo que atesoraba su amistad y trataba a Yvonne solo con sinceridad.

“Solo quiero hacer mi trabajo para poder llegar a fin de mes. Si no le hubiera devuelto la silla a Ruth, habría sido yo quien se hubiera hecho daño. Solo un completo idiota se quedaría de brazos cruzados y dejaría que eso ocurriera, ¿no crees?”.

“Por supuesto”. Yvonne asintió. “Por cierto, ¿realmente no quieres ir a cenar con el Amo Ryan?”.

Las dos salieron del ascensor y Sabrina respondió sin interés: "¿Por qué habría de hacerlo? No tengo ninguna intención de ser amiga suya, y mucho menos de casarme con él. Una cena con él me va a convertir en el blanco de los celos. Tengo muchas cosas mejores que hacer con mi tiempo que ocuparme de eso".

Divertida, Yvonne se rio y aceptó. “Tienes razón. Si tú no vas, entonces yo tampoco. Las diosas como nosotras tenemos que ser reservadas”. Luego bajó la voz para susurrar: “Espero que haciéndome la dura pueda atraer al Amo Ryan a mis brazos. Puede que no sea tan poderoso y rico como cierto hombre, pero casarse con el Amo Ryan sigue siendo algo grande, así que no es que no haya soñado con ello”.

“Pfft…”. Sabrina no pudo evitar soltar una carcajada ante el tono juguetón de su nueva amiga y le susurró de vuelta: “Te deseo suerte en tu conquista por hipnotizar al Amo Ryan, entonces”.

“¡Da!”.

La Directora era una persona sensata e inmediatamente le ofreció: “¿Qué te parece esto, Sabrina? Si prometes quedarte, ocho mil dólares de la paga mensual de Linda te serán pagados directamente cada mes a parte de tu salario. Así que recibirás los diez mil que te prometimos en menos de un año, ¿qué te parece?”.

“¿De verdad quiere que me quede, Directora?”.

Sabrina mantuvo la compostura.

“¡Por supuesto!”. La Directora respondió con entusiasmo. “He visto lo que puedes hacer. No solo puedes elaborar un buen proyecto, sino que he sido testigo de tu habilidad en la gestión de riesgos y la resolución de problemas. ¡Sería una tonta si dejara escapar a una empleada con talento como tú! Sabrina, te aseguro que hay mucho que ganar con tu empleo aquí si decides quedarte”.

“¿Qué te parece un incremento de cinco mil en tu sueldo mensual?”.