Castigado por su amor romance Capítulo 453

Aino, quien sostenía la mano de su padre estaba sorprendida. "¡Mamá! ¡Estás muy diferente hoy!".

Sabrina preguntó: "¿Qué pasa, Aino? Ah, ¿por qué te vestiste con tan poca ropa? ¿No tenías frío por usar tan poca ropa todo el día en el jardín de niños?".

Aino miró a su mamá con molestia. “¡Eh! Ahora te das cuenta de que estoy vestida así. Déjame decirte, que apenas salí del coche del Tío Kingston, di una vuelta por nuestro vecindario, pero no te diste cuenta. Afortunadamente, no me encontré con ningún traficante de personas. Si me hubiese encontrado con uno, y te acordaras de mí hasta ahora, ¡ya me habrían llevado al aeropuerto y habría volado a un lugar muy, muy, muy lejano!".

Sabrina puso los ojos en blanco ante su hija.

Luego, su rostro se sonrojó.

De hecho, en lo único que pensó al verlos bajarse del coche fue en agradecer a Sebastian y terminó ignorando a su hija.

"Lo siento, cariño". Sabrina se disculpó sinceramente con su hija.

"¡Está bien! ¡Te perdono!". Aino siempre había sido muy comprensiva con su madre.

La madre suele ser la que mima al bebé en otras familias.

Sin embargo, en la familia de Aino, era el bebé quien mimaba a la madre.

Mmm.

"Vamos, Papá Vagabundo Apestoso. Vamos a lavarnos las manos". Aino tomó felizmente la mano de su papá y fue al baño.

Cuando llegaron a la puerta del baño, Sebastian volvió la cabeza para mirar a Sabrina.

Sabrina le frunció los labios. "Rápido, ve a lavarte las manos".

El hombre se quedó sin palabras.

Pensaba preguntarle durante la cena si estaba condenada al exilio en su empresa.

Sabrina se quedó sin palabras.

Al otro lado de la línea, William continuó hablando con una sonrisa brillante: "Sabrina, no te preocupes, ya te había ayudado con tu tarjeta. También te pedi días libres con el director de diseño, diciendo que tenía que visitar un sitio en el último minuto. No tienes que preocuparte por nada, y eso...".

"Oh, gracias. Gracias, Señor Kiel". Sabrina inmediatamente detuvo a William.

Sin embargo, William continuó hablando: “Sabrina, algunos otros colegas y yo somos testigos de que eres una mujer honesta y trabajadora. Tú y las mujeres chismosas son diferentes. Todavía tienen el descaro de decir que no estás a la moda, pero eres la más hermosa entre todas las de la empresa. Los pocos colegas masculinos y yo concordamos en que realmente lo eres...".

"Bueno, la pasta en mi olla está a punto de hervir, así que colgaré ahora". Sabrina colgó desesperadamente el teléfono.

Luego miró a Sebastian y Aino, que habían salido del baño.

“Mamá, estuviste increíble. ¿Ese tío que te persigue es guapo? Si es guapo, podemos cenar con él". Aino no se dio cuenta de que la cara de su papá vagabundo apestoso ya se había vuelto sombría como la noche. Ella solo miró a su mamá con una cara de adoración.

Sabrina no sabía que decir.