Castigado por su amor romance Capítulo 756

Sabrina se obligó a sonreír ligeramente, levantó los ojos y miró a Sebastian. "Hay una razón detrás de esto, ¿verdad?".

Sebastian frunció el ceño.

Sabía que ella era inteligente. Casi podía entender todo con una simple mirada..

"¿Cómo?". Él la miró, confundido.

"Selene y su familia... escaparon. ¿Están en Isla Estrella?", preguntó Sabrina.

Sebastián asintió. "Sí".

Sabrina continuó: "Hace dos días, se suponía que abordarías el avión conmigo hacia mi ciudad natal, pero cambiaste de opinión en el aeropuerto. ¿Fue porque tenías que ocuparte de la fuga de los Lynn?".

"Sí".

"¿El Viejo Amo Shaw los ayudó a escapar?". Sin la ayuda del anciano, Sabrina sabía que los Lynn nunca podrían escapar a la isla.

Sebastian se alegró para sus adentros de que su esposa fuera tan inteligente: "Lo has descubierto todo...".

Las lágrimas de Sabrina brotaron de sus ojos y dejó caer su cabeza en el pecho de él.

La puñalada de dolor causada por la traición familiar era agobiante.

Sebastian sostuvo su rostro y preguntó: "¿Te has preguntado si tienes alguna relación con el Viejo Amo Shaw?".

La reacción de Sabrina fue fría y dura: "¡No hay relación entre nosotros! ¡Y nunca la habrá!".

Sebastian se quedó en silencio.

De repente, se secó las lágrimas, forzó una sonrisa en su rostro y miró a Sebastian. "Dijiste que tenías una sorpresa para mí. ¿De qué se trata?".

El hombre respondió: "Kingston ha estado buscando un lugar adecuado para el entierro de tu padre desde ayer por la tarde. Ya encontró uno. Es parecido a un jardín, el ambiente es agradable y tranquilo. Acaba de llamarme. ¿Quieres ir a echar un vistazo?".

Sin embargo, su padre la amó profundamente.

Él la amaba tanto… pero no tuvo la oportunidad de acompañarla mientras crecía.

Los pueblerinos lo juzgaron y criticaron innumerables veces cuando las recibió a ella y a su madre. Nadie podía entender la cantidad de presión a la que él estaba sometido.

"Papá, el ambiente aquí es agradable y tranquilo, no hay peleas. Aino, mi esposo y yo vendremos a visitarte de vez en cuando… Papá, encontraré a mamá… Si ella está viva, la encontraré. Si está muerta, traeré sus cenizas aquí y la dejaré descansar junto a ti…".

"… Papá, me aseguraré de que no te sientas solo". Sabrina estaba arrodillada frente a la tumba de su padre, llorando desconsoladamente.

Pasado un tiempo, un par de manos grandes y cálidas abrazaron sus hombros.

Sabrina se dio la vuelta y vio a Sebastian, vestido de negro de pies a cabeza, con un par de lentes de sol oscuros que reposaban sobre su nariz.

Él era un hombre inmensamente rico y poderoso, pero en ese momento y sin dudarlo, se arrodilló frente a la lápida, justo al lado de Sabrina.