Castigado por su amor romance Capítulo 910

"Amo Holden, ¿qué está diciendo?". Selene pensó que había escuchado mal.

En Ciudad del Sur, Sabrina le quitó todo lo que era suyo, y ahora en Isla Estrella, ¿el Amo Holden decía que Sabrina era su valiosa invitada después de haberla visto solo una vez?

Algo debía estar mal con sus oídos.

"¡Dije que te ves horrible ahora!". Holden la miró con disgusto.

Selene: "…".

"Jeje…". Aino miró a Selene con descaro. "¡Demonio Lynn, él dice que eres fea!".

Selene replicó: "¡Sabrina, estúpida criminal! Quieres morir, ¿verdad? ¡Este es mi prometido! ¡Mi prometido! ¡Eres una mujer casada! ¡Eres una prisionera en esta isla! ¡Pídele a tu estúpida hija que se calle! Cállate…".

"¡Paf!". Antes de que pudiera terminar la oración, la bofetada de Sabrina aterrizó directamente en su mejilla.

Sabrina la abofeteó con tanta fuerza que incluso su propia palma sufrió por el escozor.

Para ella, Selene había perdido mucho peso recientemente.

No quedaba carne en sus mejillas, solo sus pómulos puntiagudos y prominentes.

Toda la familia de Selene miró sorprendida a Sabrina, se quedaron con la boca abierta.

Aino, por otro lado, miró desafiante a Selene. Solo tenía seis años, no comprendía lo peligrosa que era la situación en la que se encontraban ella y su madre. Todo lo que sabía era que tenía que golpear a cualquiera que intimidara a su madre.

Si su madre ganaba el enfrentamiento, se sentiría muy feliz.

Al ver a Sabrina abofetear a Selene, Holden cruzó los brazos sobre su pecho, preparado para disfrutar del espectáculo.

¡Ja!

Era feliz mientras la mujer que amaba no sufriera.

"Tú…". Selene acarició su mejilla con incredulidad. "Tú… no eres más que una reclusa, una prisionera. ¿Estás en tu lecho de muerte y te atreves a abofetearme? Estúpida prisionera. ¿Te atreves a abofetearme?".

Entonces, la niña lloró y tiró su osito de peluche al suelo. Luego, lideró el ataque y corrió hacia Selene.

Se estrelló contra ella, la empujó contra el suelo antes de que pudiera reaccionar.

Entonces, salió corriendo de inmediato.

Sabía que no tenía ninguna posibilidad contra los adultos malvados que intimidaban a su madre, pero podía ayudar distrayéndolos. Se deslizó intencionalmente en lugares estrechos donde el espacio era reducido.

Como era de esperar, Selene se levantó y la persiguió.

"¡Vamos! ¡Ven a golpearme! ¡Ah!". En el fondo, Aino estaba aterrorizada, pero su coraje creció mientras luchaba.

"¡Ay!". Persiguiendo a Aino, Selene se estrelló contra la pata de una mesa y apareció otro gran moretón en su frente.

Jade, que estaba a punto de enfrentarse a Sabrina, vio que su hija iba a perder. Dejó a Sabrina y corrió hacia Aino. "¡Pequeña sinvergüenza! ¡Tan joven y tan malvada! ¡A ver si no te parto por la mitad hoy! ¡Pequeña bastarda malvada!”.

En el momento en que dijo esas palabras, Sabrina deslizó sus manos en las axilas de Jade y comenzó a rascar a gran velocidad.