Castigado por su amor romance Capítulo 911

De un momento a otro, Jade no pudo controlarse y se rio hasta quedar sin fuerzas para defenderse. Ella trató de esquivarla. Pero Sabrina aprovechó esta oportunidad y la tiró al suelo con todas sus fuerzas.

Jade cayó dolorosamente al suelo.

“Ay, mis dientes…”. Gracias al fuerte impacto, sus dos dientes frontales colgaron peligrosamente de sus encías.

Sabrina pisó con furia su mejilla. “¡Maldita vieja! ¡Ya que me moriré aquí hoy, te mataré ahora mismo!”.

Antes de terminar su oración, levantó el pie y golpeó con fuerza la cara de Jade nuevamente.

“¡Ay! ¡Ay, me duele! Voy a morir…”. Jade se quejó de dolor.

Junto a la puerta, Lincoln observaba la escena, enojado, preocupado y ansioso.

En este momento, deseaba golpear a Sabrina hasta matarla.

Pero él era un hombre. Si corría y golpeaba brutalmente a una mujer y una niña hasta la muerte... No era que no pudiera hacerlo, pero como Holden estaba justo a su lado, tenía que cuidar su reputación.

Gotas de sudor ansioso caían por su frente, pero se vio obligado a permanecer en silencio.

Además, Holden estaba vigilando de cerca a Lincoln.

Si él tomaba medidas, Holden lo echaría a patadas, hasta dejarlo arrastrándose en el suelo, vomitando sangre.

Holden vigilaba a Lincoln, pero mantuvo su atención en Sabrina y Aino principalmente.

A pesar de que Aino solo tenía seis años, la niña era muy ágil, guió a Selene para que se golpeara contra pilares o paredes, ya fuera en la cabeza o en el pecho o en cualquier otro lugar. Al final, la niña corrió en dirección a Holden. Sabía que, a pesar de que ella y su madre fueron capturadas por Holden, él no estaba del lado de Selene.

Por eso, ella fue a esconderse detrás de él.

Debido a los diversos golpes y moretones que cubrían su rostro, Selene apenas podía mantener los ojos abiertos. Avanzó con torpeza y se topó de frente con Holden.

"¡Vete!". Holden levantó el pie y la echó por la puerta.

Selene estaba tan herida que no podía hablar. Estaba tosiendo bocanadas de sangre.

“¡Holden Payne! ¡Soy tu suegro! ¡Selene es tu prometida!”. Lincoln miró a Holden con furia, sus pupilas eran tan redondas como discos.

"¡Fuera!". La voz de Holden no era tan alta, pero su tono estaba lleno de disgusto.

Lincoln respondió: “Tú…”..

Holden mantuvo un brazo alrededor de Sabrina y cargó a Aino con el otro brazo, y salió, sin siquiera mirar a la familia Lynn. En el momento en que entró en la casa, les dijo a los sirvientes: “Échenlos a los tres. ¡Y deben prohibirles que entren en mi Ala Este en el futuro!”.

"¡Sí, Amo Holden!”, respondieron los sirvientes.

Sabrina se negó a seguir entrando en la casa. Miró a Holden bruscamente y dijo: "¿A dónde nos llevas?".

La sonrisa de Holden era cálida y gentil. "¿Quieres adivinar?".