Cinco Pequeños Herederos de la Mami Impresionante romance Capítulo 8

Manuel tenía dinero de sobra, así que eso no le importaba realmente y rápidamente realizó la transferencia sin dudarlo.

Al escuchar el sonido de la notificación, Paulina no pudo evitar sentir alegría por dentro, y sus labios formaron una sonrisa casi imperceptible en sus labios.

No había otra opción, criar a los niños es caro, y más aún cuando tenía que cuidar de cinco.

La belleza de Paulina deslumbró por un momento a Manuel, quien pensó: “aunque seas una persona tan hermosa, ¿cómo llegaste ser una charlatana?”

Con ese rostro, definitivamente podría tener éxito en el mundo del entretenimiento.

Pensándolo bien, el caballero ofreció: "Te llevo."

Paulina, con una expresión fría en su rostro, respondió con un tono altivo: "No es necesario, si tienes negocios que ofrecer, por favor haga unas recomendaciones, lo acepto a previos de estas."

Manuel sonrió, "De acuerdo bien."

¿Recomendaciones? Solo si ella realmente tiene habilidades, sino... mejor que ni lo sueñe.

Ahora solo esperaba ver si las cosas comenzaban a mejorar, de lo contrario, de lo contrario esos $588,000 que había transferido, tendría que asegurarse de que los devolviera.

Al salir del Pabellón de Oro Colorido, justo cuando Paulina estaba por subir al carro, de repente apareció una persona a su lado.

Al mirar más de cerca, reconoció a la persona, era una "vieja conocida".

"Paulina, sabía que eras tú," dijo Sara con los ojos chispeantes de ira.

"¿Te preguntas por qué no estoy muerta, Sara?" Paulina esbozó con frialdad, "En estos años, a menudo pensé en lo frío que estaba el río aquel día. Y ahora que estás aquí... es perfecto."

Con un movimiento rápido, sacó una pequeña píldora oscura de su bolsillo y la metió en la boca de Sara.

"Prueba esto... como en aquel momento."

Sara intentó vomitarla, pero no logró sacar nada.

Con una mirada de sorpresa y furia, dijo: "Paulina, ¿Qué me diste?"

"Esto es simplemente pagar con la misma moneda."

Su rostro, antes pálido del miedo, se oscureció de furia. "Esa maldita Paulina, solo quería asustarme."

"Paulina, te haré la vida imposible..."

Una hora más tarde, Sara llegó a la casa de la familia Bilbao, completamente desaliñada.

Al verla, Elsa se sorprendió. "Sara, ¿qué te ha pasado?"

Inicialmente, ésta había pensado en llamar a la policía, pero recordando las palabras de Paulina, decidió no hacerlo, por miedo a revelar los sucesos del pasado.

Ir a casa tampoco era una opción, pues seguramente le harían preguntas.

Dado que estaba cerca de la familia Bilbao, decidió refugiarse allí primero, con el rostro sombrío: "Esa maldita Paulina ha vuelto, no está muerta."

"¿Qué?" Elsa se sorprendió tanto que se le abrieron los ojos como platos.

"Acabo de ser arrojada al río por esa maldita." Dijo Sara, sintiendo que había sufrido la mayor humillación que nunca olvidaría.