(COMPLETO) EL CALOR DEL ORIENTE romance Capítulo 13

-¡Majestad!. . . señorita Stone- Esquizbel Mubarack, se puso en pie cuando la pareja llegaba al salón que cumplía funciones de recibidor. Él se veía alto, orgulloso y extrañamente serio, ella se veía increíblemente hermosa, sus ojos tenían ese extraño brillo que no había visto antes.

-Señor Mubarack- comenzó Isabella- qué gusto volver a verle.

-El placer es todo mío- le aseguró él, con una encantadora sonrisa.

-¿Qué te trae a Palacio?- la voz del Jeque, era ronca, profunda y demostraba claramente que no estaba complacido con la presencia de su primo.

-He venido a saber de la señorita Stone- le aseguró- fui yo quien le encontró en el desierto, hasta que El Príncipe, decidió traerla acá con usted, Majestad- el tono burlón con el que se refería a él cuando le llamaba Majestad, comenzaba a irritarle y eso era extraño ya que el actual Jeque era conocido por ser lleno de una paciencia envidiable.

-Bien, sentémonos- ofreció El Jeque y ambos obedecieronen silencio. El Soberano se encargó de pedir aperitivos para acompañar la conversación.

-Debo suponer que está usted muy cómoda en palacio, señorita- le dedicó una radiante sonrisa que no hizo más que aumentar su ya enorme atractivo.

-Supone bien, señor. Su Excelencia, ha sido muy amable y generoso, Norusakistan es un hermoso país.

-Muy hermoso, con grandes riquezas y hermosa gente. Por cierto Excelencia, he escuchado la desafortunada notica de lo que ha acontecido con las hijas de Raffá- Zabdiel, lo miró frunciendo el ceño. Sabía que muchos rebeldes y bárbaros, apoyaban a Esquizbel, él los había convencido de que sería un buen soberano y los había llenado de falsas promesas.

-Muy lamentable, pero se solucionó de la mejor manera posible- le respondió cortante.

-Aunque yo considero- intervino Isabella- que ha sido terrible para todas las chicas, es indignante para la población femenina de la nación, ser tratadas como un trozo de carne. Es insólito e insultante- dijo irritada sin detenerse, ni privarse en ningún momento de expresar su opinión.

-Costumbres Norusakistanas, señorita- le dijo con una extraña sonrisa.

-Costumbres toscas y primitivas según mí pensar- respondió firme y sin siquiera bajar la mirada.

-Pero costumbres al fin. Es difícil desarraigar esas cosas- le aseguró Esquizbel- los Norusakistanes, somos gente muy cultural- Isabella, respondió con un sonoro suspiro.

-¿Vive usted lejos, señor?- cambió el tema de manera radical.

-No tanto como algunos quisieran- Zabdiel, contrajo la mandíbula, si su primo insistía en molestarle terminaría echándolo de Palacio, sin que le importaran las consecuencias- tengo una casa respetable y vivo muy bien. Mi padre se encargó de dejarme en una posición cómoda.

-Es agradable saberlo porq. . .

-Excelencia- Nazir, irrumpía en la sala con rostro muy serio.

-Adelante, Nazir- le instó.

-Lamento interrumpirle Majestad, pero han llegado informes, sobre algunos asuntos que debería atender- Zabdiel, le miró con ceño fruncido, luego miró a su primo y por último a Isabella, no le hacia ninguna gracia tener que dejarla en compañía de él.

CAPÍTULO 13 1

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