–Pero... ¿Desde cuándo? –quise saber.
–Desde siempre– respondió dejando escapar unas risitas– claro que llamar tu atención es muy difícil, por lo menos no lo conseguí hasta que comencé a meterme contigo, a veces solamente te buscaba para verte cabreado, era tan divertido jugar contigo– fruncí el ceño confundido ¿Le gustaba desde mucho antes de comenzar con esta farsa? Pero ¿Por qué nunca intentó acercarse a mí con esas intenciones? Quizás habríamos comenzado desde mucho antes–.
–Nathan... ¿Recuerdas esa noche? –desvío la mirada– ¿Lo haces? Mira, no me voy a enojar, sólo quiero saber...
–Sí...–comenzó diciendo– ambos aceptamos la droga, sólo que a comparación de mí, tú jamás habías probado algo similar, creí que no pasaba nada tras consumir cocaína, de todas formas era poca, pero nos retaron a tomar una pastilla, claro que yo las diferencio fácilmente y tú te burlaste de mí por no ser capaz de tomarla, me llamaste gallina y todo eso mientras te ponías otra en la boca, pero te la robe directamente de tus labios y la tragué luego de besarte, tú sólo reíste y me devolviste el beso, así hasta que la pastilla surtió efecto, tu cuerpo fue el que se calentó primero sobre aquel sofá, por ello te llevé hasta tu auto queriendo llevarte a tu casa, pero cuando te recosté en el asiento trasero tú te aferraste a mi cuerpo– hizo una pequeña pausa– ufff...– suspiró tomando mi mano y dirigiéndola a su entrepierna mientras mis mejillas se sentía caliente– me tomaste así...– dijo mientras apretaba mi mano para que apretara su entrepierna– y dijiste...
–Ya no quiero saber...– dije nervioso, desviando la mirada, Nathan acercó sus labios a mi oreja y prosiguió.
–Hagámoslo, tengamos sexo Nathan– susurró– te quiero den...– lo besé para callarlo, no quería hablar sobre lo caliente que estaba ese día, por lo menos ya no por ello lo besaba para evitar que continuara hablado, pero claro, esto calentaba mi cuerpo, ya que adentró su lengua en mi boca por lo que poco a poco el calor de nuestros cuerpos fue incrementando, quería hacerlo, pero no sabía si debía dejarme llevar de esa forma cuando tenía visita en mi casa.
–Nathan debemos irnos...– dije tras cortar el beso– quizás podamos venir aquí este fin de semana y...– Nathan me miró a los ojos, emocionado ante la idea de volver, él sabía que la próxima vez no habría interrupciones de ningún tipo y aquello parecía animarlo.
–Está bien, pero sin excusas– dijo y sonreí accediendo.
Continúa narrando Nathan
Es la primera vez que le confieso mis sentimientos a alguien por lo que no sabía muy bien cómo comportarme desde ahora, Andrew es un chico que realza ante un grupo, es decir, es el centro de atención donde quiera que vaya, no es alguien muy fácil de tratar o al menos no lo es hasta que ganas su atención, tener la oportunidad de besarlo, tocarlo o directamente verlo a los ojos mientras hablamos es algo que sinceramente me hace sentir privilegiado, no sé cómo explicarlo, pero el sólo hecho de saber que puedo volver a compartir un día juntos me genera la suficiente motivación como para llevarlo a su casa y trabajar todo lo que mi padre demanda, estoy lo suficientemente feliz como para aceptar cualquier cosa con tal de tener el fin de semana para mí, pero antes de pedirle esos dos días a mi padre debo ganarme su permiso y las llaves de la cabaña otra vez, no sé cómo decirle para qué la quiero por ello me mantengo un poco nervioso frente a la idea de decirle lo que quiero directamente, sin embargo, cuando vio mi regalo se mostró extrañado por no saber de dónde había sacado el dinero para una moto de tan alta gama.
–Sabes que tu madre es homofóbica ¿No? –me miró– no se lo digas si quieres continuar con ese chico, te lo digo como un consejo que te puede salvar de problemas.
Lo miré a la cara, mi padre con este último punto se mostró bastante más serio de lo habitual, casi como si lo dijera como experiencia propia, aunque le resté importancia y comencé con mi trabajo antes de pedirle lo que quería, trabajé casi toda la noche con los hombres de mi padre, cobré sus deudas, entregué mercancía y por último integramos a nuevos en esto del negocio de droga, es decir, le vendimos a nuevas personas que más tarde nos darían el dinero para hacer feliz a mi padre.
Gracias a estar involucrado en esto de la mafia he descubierto que lo más importante del negocio es tener dinero y buenos contactos, pero ante todo siempre es el dinero, si tienes el dinero suficiente puedes hacer lo que sea sin importar si es ilegal o no, para este negocio lo fundamental es tener el suficiente dinero como para sobornar a una juez o policías, de esa forma suelen salir más rápido de la cárcel si es que consiguen atrapar a algún trabajador de mi padre, claro que sacarlos de la cárcel les genera una deuda que los obliga a trabajar para mi padre hasta que paguen todas sus deudas, yo soy el único que está aquí de forma voluntaria, la mayoría le debe a mi padre o le debía, el dinero fácil mueve a cualquiera por lo que es difícil abandonar cuando llevas tantos años en esto.
A mí la idea de quedarme en esto para siempre no me entusiasma, lo dejaré a final de este año cuando consiga reunir todo el dinero que necesito, mi padre me paga bien, por ello tengo todo lo necesario como para pagar mi carrera universitaria por completo y eso me genera cierta tranquilidad, así no debo ocupar dinero de mi madre cuando me vaya de casa para estudiar fuera, hay universidades en mi ciudad, pero quedarme no me ayudaría en nada, no crecería como persona o eso creo, claro que por una parte me genera miedo ¿Qué tal si Andrew estudia en una de las universidades de la ciudad? La probabilidad es mínima, pero ¿Qué tal si lo hace? Eso no me gustaría para nada.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: (COMPLETO) ¿Enemigos o amantes?