Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 181

Angélica fue levantada por él y sentada sobre la mesa.

Sus manos se apoyaban a ambos lados de ella, sus ojos oscuros presagiaban una tormenta inminente.

La llegada de esa tormenta dependía de su actitud.

Pero evidentemente, ella no cedía.

—¿Soy un accesorio o una mascota para ti? ¿Por qué debería obedecerte?

Angélica se inclinó ligeramente hacia atrás para mantener el equilibrio, apoyándose con las manos detrás de sí.

Olvidó que no podía forzar la muñeca izquierda; al apoyarse así, frunció el ceño.

Martín la atrajo hacia él mientras acariciaba suavemente la muñeca izquierda.

—No es que no puedas ser mi mascota, como un canario, por ejemplo.

—¿Sufres de delirios?

Angélica estaba furiosa.

Un canario puede ser enjaulado, convertido en un prisionero sin ningún estatus.

Ella nunca aceptaría ser así.

¡Decir eso era un insulto para ella!

—Entonces dime, ¿qué es lo que quieres hacer realmente, y por qué necesitas llevarte bien con Brisa?

Él estaba muy cerca, su voz en su oído, y aún podía sentir el aliento cálido quemando su oreja.

Y cuando movía los labios, parecía que incluso tocaba su lóbulo.

Eso la hizo sentir un hormigueo.

—No tengo por qué decirte nada, ¡apártate!

Angélica lo empujó otra vez, sin moverlo; Martín permaneció inmóvil.

Sus ojos oscuros eran un torbellino de emociones, fijos en su mirada desafiante, y la besó con fuerza en la nuca.

Castigo, irritación, sin un ápice de ternura.

—Mmm... tú... —Angélica luchaba, moviendo la cabeza con fuerza.

Sus labios estaban firmemente cerrados, rehusándose a dejar que él abriera su boca con la lengua.

Una pizca en su cintura la hizo gemir reflejamente.

Martín rió suavemente, su lengua entraba.

El oxígeno fue rápidamente arrebatado, Angélica estaba a punto de quedarse sin aire.

Martín la soltó, apoyando su frente contra la de ella, aún murmurando en voz baja: —Dime, ¿qué están planeando exactamente? ¿Acaso planean hacer algo contra Daniel a sus espaldas?

Daniel no cancelará la boda, Brisa está embarazada, su situación ahora es complicada.

Es posible que Daniel haya hecho algo para decepcionar a Brisa, incluso desesperarla.

Ahora que tienen un objetivo común, se unen.

No quería correr ese riesgo.

Angélica llamó al agente inmobiliario: —Lo siento, estaba ocupada y no pude contestar.

—Señorita Angélica, le llamo para informarle que su casa en el residencial Luna se ha vendido. El comprador estaba apurado, así que no se rebajó el precio, se vendió por los 2.14 millones de dólares que usted pedía.

Residencial Luna era un conjunto de lujo en Ciudad Oceánica, ubicado en el centro de la ciudad, lo que justificaba su elevado precio.

Después de pagar los costes de la agencia y liquidar la hipoteca restante del banco, le quedarían 1.4 millones de dólares.

[Esta tarde, nos vemos afuera.] Angélica le envió un mensaje a Brisa.

Siempre cumplía sus promesas, y dado que había acordado pagarle a Brisa, no rompería su palabra.

...

En la cafetería.

Angélica y Brisa estaban sentadas una frente a la otra.

El camarero les trajo dos tazas de café.

—Por favor, tráigame también un jugo natural.

Angélica le dijo a Brisa: —Estás embarazada, mejor no tomes café, no es saludable.

—No esperaba que un día pudiéramos sentarnos cara a cara tan tranquilamente y que aún te preocuparas por mí.

Brisa estaba algo conmovida y curiosa: —Estoy embarazada del bebé de Daniel, ¿realmente no te molesta?