Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 226

La mirada de Martín pasó ligeramente por Angélica.

Con una leve sonrisa en los labios, su mirada llena de ternura se posó sobre Diana: —Tú decides.

Angélica nunca había visto esa suavidad en los ojos de Martín. Ella solo recordaba su frialdad, indiferencia e incluso su condición calculadora y despiadada.

Su corazón se sentía como si una mano invisible lo apretara con fuerza, y cada contracción parecía ser detenida, provocando un dolor sordo y pesado.

Diana, con su rostro exquisito y radiante, esbozó una dulce sonrisa: —Martín, eres tan bueno.

Luego, invitó a Angélica a subir al auto con ellos.

—Gracias, señorita Diana, pero prefiero no interrumpir su cena con el señor Martín. —Angélica levantó un pie para irse.

Su muñeca fue tomada con firmeza, y Diana, con una sonrisa insistente, dijo: —Ya lo habíamos acordado. Además, quiero conocer más sobre la empresa.

No pudo rechazar tanta cortesía, así que Angélica aceptó y subió al auto con ellos, sentándose en el asiento del copiloto.

En el asiento trasero, de vez en cuando, se oía la risa juguetona de Diana, mientras Angélica no podía evitar sentirse incómoda.

Finalmente, llegaron al restaurante.

Un lugar romántico con paredes de vidrio panorámicas que ofrecían una hermosa vista al mar.

—Martín, escuché que este restaurante es tu diseño, ¿es cierto?

Diana preguntó una vez sentados.

Angélica recordó que había estado allí con Daniel y se había encontrado por casualidad con Martín y Samuel. En ese momento, se sintió incómoda y escondió su rostro tras el menú.

En aquella ocasión, debido a su mal humor, no prestó atención al diseño del lugar, solo sabía que era el mejor y más romántico de toda Ciudad Oceánica.

Más tarde, al pensar en ello, se dio cuenta de que el estilo de la decoración era exactamente el que le gustaba.

Nunca imaginó que era el diseño de Martín.

—Solo ayudé un poco a un amigo. —Martín respondió sin darle mucha importancia, como si no fuera nada relevante.

Tras pedir los platos, el mesero verificó el menú.

Martín, tras escuchar, dijo: —Cambia la ensalada de verduras con mantequilla de maní por vegetales salteados.

Angélica se dio cuenta de inmediato de que había olvidado su alergia a los cacahuates, ya que estaban en el menú del paquete y no lo había notado antes.

Su corazón dio un pequeño brinco al darse cuenta de que Martín sabía incluso de su alergia.

—¡Ay! Se me había olvidado que soy alérgica al maní. Martín, ¿cómo lo sabías? —Diana, sorprendida y encantada, tomó la mano de Martín con entusiasmo.

—Eres bastante distraída, solo te ayudo a recordarlo. —Martín, sin darle mucha importancia, retiró su mano y sirvió un vaso de jugo, colocándolo frente a Diana.

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