Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 246

Cuando Angélica se disponía a entrar al ascensor, vio una imagen familiar al final del pasillo.

Diana.

Se veía apresurada, mirando constantemente hacia atrás, con una expresión de nerviosismo e inquietud.

El ascensor llegó, Angélica salió del grupo y no subió.

En silencio, se desvió hacia ese pasillo.

Diana caminaba rápidamente, y luego empujó la puerta de una consulta médica.

Angélica la siguió a paso leve, levantando la mirada, y vio que era una consulta ginecológica.

¿Diana va al ginecólogo?

Estaba algo sorprendida.

Diez minutos después, Diana salió de la consulta, y Angélica rápidamente se escondió a un lado.

Luego, con cautela, asomó la cabeza.

El rostro de Diana estaba pálido, su expresión era sombría, y sacó su celular para hacer una llamada. Desde donde Angélica se encontraba, alcanzó a escuchar, con algo de impaciencia, lo que decía por la llamada:

—¿Dónde estás...? Ya lo sé, te esperaré en el estacionamiento...

No supo qué más dijo la otra persona, pero Diana colgó y giró en dirección opuesta.

Su rostro mostraba preocupación, y Angélica pensó un momento y decidió seguirla.

La siguió por todo el camino hasta el estacionamiento subterráneo, en el nivel -3. Los niveles 1 y 2 aún no estaban llenos, por lo que el nivel -3 estaba relativamente vacío.

Era un lugar tranquilo.

Cuando Diana llegó a su auto, de repente, un hombre la abrazó por detrás.

—¡Ah!

Diana se sobresaltó, soltando un grito.

El grito de ella también impresionó a Angélica, que se encontraba escondida tras otro auto.

El hombre era muy alto, llevaba un sombrero que le cubría el rostro, lo que dificultaba ver sus rasgos.

—En todos lados eres igual de ruidosa. —dijo el hombre de manera irónica, mientras apretaba la cintura de Diana.

—¡Me vas a asustar de verdad!

Diana se giró, con una expresión que parecía enojada, aunque también algo juguetona.

—¿Cómo podría hacer eso? Yo solo quiero... —el hombre comenzó a tocarla de manera excedida.

Diana lo empujó con fuerza, su rostro estaba frío: —¿Te atreves a seguir pensando en eso? ¿Sabes que estoy embarazada?

Aunque Angélica estaba algo lejos, el lugar estaba tan silencioso que pudo escuchar toda la conversación.

Cuando Diana mencionó su embarazo, Angélica se quedó completamente atónita.

El hombre tocó el abdomen de Diana con una sonrisa: —¿Así que tan buena soy que, sin usar condón una sola vez, quedaste embarazada?

Angélica, al ver que la habían descubierto, avanzó rápidamente. Estaba muy preocupada.

No había ningún lugar donde esconderse, el pasillo detrás de ella estaba vacío, y si intentaba escapar, la verían al instante.

El hombre ya se acercaba.

Angélica estaba segura de que, si la descubrían, no le iría nada bien.

Un sudor frío comenzó a entumecer sus manos, y todo su cuerpo temblaba.

Diana, siguiéndolo, le preguntó: —¿Ves a alguien?

El hombre llegó al auto que tenía la alarma activada, se agachó a mirar y no vio a nadie.

Luego se levantó, observó a su alrededor y en la distancia, pero no encontró nada.

Negó con la cabeza: —No hay nadie.

—¿Nadie? ¿Cómo puede ser que la alarma esté sonando? —Diana, desconcertada, dio la vuelta alrededor del auto y se agachó para mirar dentro.

—Debe ser algún gato o perro, algo que haya tocado la alarma por accidente. —comentó el hombre, ya que no había encontrado a nadie.

—No lo creo, no me siento tranquila. Si alguien nos descubre, no habrá forma de que salgamos bien de esta.

Carlos aún esperaba que ella se casara con la familia Herrera, y si esto se filtraba, las secuelas serían mucho peores de lo que pensaban.

Diana frunció el ceño, y de repente, algo llamó su atención en su campo de visión.