Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 68

Cuando Angélica terminó de editar, de repente se dio cuenta de algo extraño.

¿Por qué se sentía incómoda cuando Martín no estaba en casa?

Algo raro también acechaba en su corazón.

De repente, las palabras de Rosa brotaron en su mente, —Los que son de nuestro nivel, no pueden aspirar a estar con alguien de su estatus.

Angélica sacudió su cabeza, intentando deshacerse de todos esos pensamientos irrealistas.

Se prometió a sí misma romper su compromiso con Daniel y no querer tener más relación alguna con la gente de la familia Herrera.

Tampoco debería tener algo con Martín.

Angélica cogió su teléfono y borró el mensaje que acababa de redactar.

Pero el teléfono no estaba seguro en su mano y se cayó al suelo.

Cuando lo recogió, se quedó paralizada al ver la pantalla.

¡El mensaje se había enviado!

Angélica entró en pánico, buscando rápidamente cómo retirar el mensaje.

[Mmm, ya llegué al condominio.]

Justo cuando encontró el botón para retirar el mensaje, aún sin haberlo presionado, Martín ya había respondido.

Angélica:...

Angélica se quedó helada.

Ella solo había buscado una excusa en un impulso y la había enviado...

¡No, no!

Su casa estaba bien iluminada, ¿cómo iba a explicarle a Martín cuando llegara?

Angélica se levantó inmediatamente, caminando de un lado a otro en un estado de pánico.

Él respondió que ya había llegado al condominio.

¿Qué iba a hacer?

¿Debería apagar las luces y pretender no estar en casa?

No podía ser, acababa de enviar un mensaje diciendo que no tenía electricidad en casa, ¿cómo podía de repente no estar?

Angélica miró hacia la luz del salón, rezando en silencio para que la electricidad de su casa se cortara pronto.

Cuando Martín recibió el mensaje de Angélica, estaba estacionando su auto en el garaje subterráneo.

Aparte de la última vez que él le envió información sobre arquitectura y ella le agradeció.

No habían vuelto a intercambiar mensajes en Facebook.

¿Su casa sin electricidad?

Recordó que la última vez que arregló la electricidad en su casa, además de reparar lo que estaba dañado, también hizo mantenimiento preventivo para posibles problemas futuros.

No debería haber problemas a corto plazo.

Él había estudiado arquitectura, y la parte eléctrica, también había obtenido una licencia por si acaso.

No debería haber problemas técnicos.

Confundido, el ascensor llegó al decimosexto piso.

Martín se dirigió a la puerta de Angélica y tocó.

Pronto, la puerta se abrió.

Dentro estaba oscuro, y Angélica se paró en la entrada. —Has vuelto.

Martín la miró por un momento y luego revisó los electrodomésticos de su casa.

Finalmente regresó al cuadro eléctrico.

Pronto, la habitación se iluminó de nuevo.

—Gracias,— Angélica suspiró aliviada, —me has vuelto a ayudar.

Luego sacó una toallita húmeda del mueble del vestíbulo y se la pasó a Martín.

Él la tomó y se limpió un poco.

—Como estudiante de arquitectura, deberías saber que es mejor no usar varios electrodomésticos de gran potencia al mismo tiempo.

Angélica se defendió: —No lo hice, solo era uso normal...

—Solo recuérdalo.

Martín la interrumpió con frialdad y distancia, sin darle la menor oportunidad de defenderse, y se dio la vuelta para marcharse.

Angélica frunció el ceño.

Pero afortunadamente no descubrió nada, y no hubo incidentes.

Después de regresar, Martín se quitó el abrigo y lo colgó en el armario del vestíbulo.

Frunciendo el ceño ligeramente, su expresión estaba teñida de confusión.

Recientemente, había revisado todos los electrodomésticos: el aire acondicionado todavía tenía el calor residual de haber estado encendido, el horno también estaba tibio, tocó la estufa de inducción y estaba caliente, y al revisar los cables del calentador de agua, también notó que estaban calientes.

Angélica estudió arquitectura y tenía excelentes calificaciones, ¿realmente no sabría estos conceptos básicos?

Claramente no lo creía.

Pero, ¿por qué había provocado el disparo de la corriente en su propia casa? ¿Qué significaba eso?