Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 71

La explicación de Angélica, Juana no pudo escuchar nada.

Ella se dio vuelta para marcharse.

—¿No me permitirás terminar de hablar?— Angélica la alcanza.

—¿Acaso tienes alguna justificación para tu infidelidad?— Juana observa a Angélica con profunda decepción: —Koldo siempre encontraba excusas para sus deslices, ¡y ahora tú también! ¿Por qué traicionan a quienes aman?

El día previo a su compromiso, Juana regreso de un viaje de trabajo y descubre accidentalmente a Koldo con otra mujer, desnudos en la que sería su habitación matrimonial.

Desde ese momento, Juana evita involucrarse emocionalmente en sus relaciones y mantiene citas esporádicas con diferentes tipos.

No obstante, se regía por principios claros: nunca salir con tipos casados ni comprometidos.

Ante el visible dolor en el rostro de Juana, Angélica opta por no ocultar más la verdad.

—Es Daniel... él está con otra.

Juana, con los ojos enrojecidos, volvió a sorprenderse: —¿Daniel? ¿Cómo es posible? ¡Él te adora, han crecido juntos desde niños!

Esa era la fachada que Daniel había mantenido ante todos; nadie imaginaría que pudiera ser infiel.

Angélica permanece en silencio.

De repente, Juana comprende que Angélica dice la verdad.

—Pero parecían no tener problemas, se casan el próximo mes...

Recientemente, bromeaba con Daniel sobre llevarse a Angélica, y él aún mostraba una expresión cariñosa, pidiéndole que le devolviera a Angélica pronto.

Angélica suspiro: —También pensé que nos casaríamos felices, pero hace poco más de un mes descubrí su otra relación.

—¿Con quién?— inquiere Juana.

Angélica se detuvo: —Brisa.

Juana abre desmesuradamente los ojos, impactada y sin palabras.

No era para menos. Ellos eran después de todo tío y sobrina por adopción, y tras más de una década, la familia Herrera considera a Brisa parte de ellos.

Brisa incluso llama a Daniel “tío Dani”.

—¿Ah... Brisa? ¿Estás segura de que es ella? — Juana pregunto después de reponerse, tartamudeando ligeramente.

¡Daniel, un tipo tan radiante y amable, terminó estando con su propia sobrina!

Es muy raro.

—Sí.— Aunque no los sorprendió en flagrante, Angélica se siente algo culpable al confesar a Juana:

—Lo siento, he guardado este secreto por mucho tiempo, no quería decírtelo.

Juana se tranquilizo un poco y agito la mano: —Lo entiendo, temías ponerme en medio de ti y Daniel.

Después de tantos años de amistad, Juana conoce bien a Angélica.

—¿Y ahora qué piensas hacer?— pregunta Juana.

—¿Quién es él, cómo es, es guapo? No deberías conformarte en tu primera aventura.

Juana enlazo su brazo con el de ella, con un tono chismoso.

—Estaba muy oscuro, no lo vi bien.— Angélica encuentra una excusa.

No se atreve a mencionar también el nombre de Martín, la relación de Daniel con Brisa ya era lo suficientemente impactante.

¿Qué pasaría si Juana supiera que ese tipo es Martín?

Angélica no puede imaginar la expresión de Juana.

—De todos modos, fue solo una noche, no necesitamos saber quién era, mientras no me acose, está bien.

Juana concluye, mirando seriamente a Angélica: —No te preocupes, no te aconsejaré que perdones a Daniel, él no lo merece.

En este asunto, incluso si fuera su propio hermano, ella aún sabría distinguir lo correcto de lo incorrecto.

Angélica asiente con firmeza, sus ojos se llenan lentamente de lágrimas.

En ese momento, un sirviente les informa que es hora de cenar.

Hoy la casa está repleta; Uriel y Eloísa también están presentes, y la larga mesa del comedor está casi llena.

Don Octavio mira alrededor, preguntándose: —¿Dónde está Martín?

Justo cuando termino la pregunta, una figura alta entra por la puerta.