Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 78

Angélica, con la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás, mostraba una expresión de decepción profunda en su delicado rostro.

—Creía que eras distinto a Daniel, pero ahora veo que ambos son iguales; los sentimientos para ustedes son meras herramientas manipulables a voluntad.

El tipo frente a ella la había rescatado y apoyado en momentos difíciles.

Ella pensó que Martín era un tipo íntegro y responsable; sin embargo, se equivocó...

Frustrada, Angélica se dio cuenta de que incluso había empezado a albergar sentimientos por él hace un par de días.

Qué ridículo.

Angélica lo miró y sonrió sarcásticamente: —Te sobreestimé. De ahora en adelante, mejor mantengamos la distancia.

Tras pronunciar esas palabras, dio media vuelta resuelta, sin mirar atrás, y caminó rápidamente hacia la salida del invernadero.

Observando cómo su silueta se alejaba, Martín reprimió su sonrisa burlona mientras un torbellino de emociones complejas se agitaba en sus ojos.

Pero rápidamente recuperó la calma, mostrándose indiferente.

Se dirigió con pasos amplios y relajados fuera del invernadero.

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Al día siguiente.

Angélica, ya lista, recibió un mensaje de Facebook de Daniel:

[Estoy yendo a buscarte.]

Con el ceño fruncido y una expresión seria, respondió: [No es necesario, te espero aquí.]

Después de responder al mensaje, Angélica se levantó y salió de la casa sin llevar nada.

Ella no volvería a mudarse a la villa.

Martín tenía razón; aunque la familia Herrera poseía un gran poder, ella estaba decidida a enfrentarlos.

No creía que Daniel no pudiera ser confrontado.

Pronto, llegó en auto a la villa de Daniel.

Después de casi un mes de ausencia, al regresar a este lugar, Angélica sintió que, aunque las cosas seguían allí, ella había cambiado.

Anteriormente, todo allí había sido cuidadosamente mantenido por ella; las plantas habían recibido su esfuerzo.

Y también toda la decoración de la villa había sido obra suya.

Angélica se paró en la sala de estar, mientras los pasos resonaban desde el segundo piso.

—Acabo de colgar el teléfono, ¿por qué no me avisaste al entrar?— Daniel bajó las escaleras apresuradamente.

Al ver que no llevaba equipaje, pensó que aún estaba en el auto.

Sonrió y dijo: —Voy a mandar a alguien a traer el equipaje.