Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 85

El sonido de Rosa era tan fuerte como una alarma, casi rompiéndole los tímpanos a Angélica.

Tuvo que alejar un poco el teléfono y se quejó de que Martín hablara en ese momento.

¿Cómo iba a explicarse ahora?

Giró la cabeza para enfurecerse, pero ya la puerta estaba cerrada.

Martín ya no estaba.

—No es eso, es Martín...— Angélica tuvo que decir la verdad, aunque Rosa tenía un corazón chismoso.

—¡Otra vez tuvieron sexo!

Angélica cerró los ojos, resignada. —No pienses eso, no pasó nada entre nosotros.

—No soy yo la que piensa eso, cariño. Son las doce de la noche, en la calma de la madrugada, ustedes, un tipo y una mujer juntos, y además, no es que no hayan tenido sexo antes.

Rosa reía entre dientes al otro lado del teléfono, insinuando con malicia: —¿Quieres hacer que Daniel se enoje a propósito? Aunque, si realmente estuvieras con Martín, tampoco estaría mal. Él al menos es una persona confiable.

—¿Qué estás pensando? ¿Que estoy con Martín para vengarme de Daniel?

Angélica negó, una vez más, las palabras finales de Rosa: —Hay personas que parecen serias, pero en realidad llevan una vida llena de color.

Él claramente ya tenía una mujer, y aún así, a veces la seducía.

¿Eso es ser confiable?

—¿Por qué siento que estás hablando de Martín?

—Solo estaba hablando al azar. De todas formas, no podría estar con él. Él tiene a alguien que le gusta.

Angélica lo dijo, sintiendo un ligero dolor en su corazón.

Después de terminar la llamada con Rosa, se lavó y se acostó en la cama del cuarto de huéspedes, durmiendo hasta el amanecer.

Su teléfono había estado apagado antes de dormir.

Sabía que al amanecer, alguien notaría su ausencia. Su padre seguramente la llamaría desesperado o la buscaría por todos lados.

Angélica decidió que hoy no saldría de casa en absoluto.

Se miró al espejo. Su mejilla derecha ya se había desinflamado, aunque aún tenía algunas marcas. Si no se fijaba bien, no se notaban.

Abrió el refrigerador, que estaba lleno de ingredientes: leche, huevos, pan, y algunas verduras y bebidas.

Tomó un huevo y dos rebanadas de pan, planeando hacer un desayuno sencillo.

De repente, una idea surgió en su mente.

La falta de algo en el refrigerador seguramente sería notada por la dueña de la casa.

Angélica lo devolvió a su lugar.

Llamar a recepción para pedir comida tampoco era una opción. Los huéspedes de la suite presidencial son bien conocidos por el personal del hotel.

Mejor no causar problemas a Martín, decidió no comer hoy.