Conquistando al Hermano de Mi Exnovio romance Capítulo 99

Todos miraron a Brisa al escuchar las palabras de Angélica.

Brisa desvió la mirada, sus ojos esquivaban el encuentro.

Por supuesto, Brisa no podía admitir que el tipo desagradable había sido enviado por ella, ni que había sido ella quien cerró la puerta también.

En aquel momento, aún fantaseaba con que Angélica fuese brutalmente maltratada por ese tipo, y después despreciada por Daniel como si fuera basura...

Justo cuando se deleitaba en sus pensamientos, escuchó un grito aterrador desde la habitación, seguido de un silencio mortal.

¿Habría ocurrido algo terrible?

No le preocupaba Angélica, sino que el plan entero se viniera abajo.

Brisa abrió de golpe la puerta y corrió hacia dentro.

El tipo sostenía su pie, con una expresión de dolor mezclada con excitación.

Ella no prestó atención, no vio a Angélica por ningún lado, y tras buscar un rato, notó la puerta trasera entreabierta.

Había sido muy descuidada, ¡se había olvidado de la existencia de una puerta trasera!

Enfurecida y frustrada, Brisa redirigió su ira hacia el tipo:

—¡Ni siquiera puedes retener a una mujer, eres inútil! Con esa apariencia, ¿todavía aspiras a tratar con mujeres?

De repente, el tipo levantó la vista, lamiendo sus labios con una expresión grosera, como si hubiera descubierto una presa lista para ser devorada.

Brisa frunció el ceño y retrocedió: —¡Deja de mirarme! ¡Soy tu jefa, no quieres perder tu dinero!

El tipo ardía en furia, con los ojos rojos como la sangre, sintiéndose al borde de la explosión, —Esa mujer escapó, pero aquí hay otra, vamos, cariño...

Brisa se alarmó: —¡Tomaste drogas!

Se giró para correr hacia la puerta, pero justo cuando estaba a punto de salir, fue fuertemente abrazada por la cintura.

Brisa, en pánico, tiró de la manija de la puerta. El tipo era fuerte, la atrajo de vuelta con un tirón y de un puntapié cerró la puerta.

La cerradura también se rompió.

El tipo la tocaba mientras el cabello y la ropa de Brisa se desordenaban.

Ella gritaba pidiendo ayuda mientras intentaba liberarse, corriendo hacia la puerta trasera entreabierta.

Desafortunadamente, el tipo había anticipado esto y había bloqueado la puerta trasera; la arrastró de vuelta a la cama a la fuerza.

Brisa pateaba y gritaba desesperadamente por ayuda.

Vio un cuchillo de frutas sobre la mesa al lado de la cama, lo agarró sin dudar y lo clavó directamente en el abdomen del tipo...

—¿Cómo que no puedes decirlo?— preguntó Angélica, observando todo el pánico de Brisa.

Ella casi podía confirmar que Brisa había hecho eso.

—Tío Daniel, tengo miedo, no quiero quedarme aquí...— Brisa agarraba la manga de Daniel, con lágrimas en los ojos, mostrando vulnerabilidad.